20.4.07

Sabiduría teológica

La sabiduría de los teólogos se basa principalmente en la ignorancia de los demás. Hace bastantes años, una Universidad española proclamaba con orgullo: “lejos de nosotros la nefasta costumbre de pensar”. Tomás de Aquino, a quien apodaban el buey tonto, aseguraba que “el afán de conocimiento es pecado cuando no sirve al conocimiento de Dios”.

Hoy, la Universidad de Burgos investirá como Doctor Honoris Causa al cardenal Rouco Varela, el mismo que hace unos días impuso el cierre de la parroquia roja de Entrevías con la excusa de que la liturgia que allí practicaban no se ajustaba a la doctrina oficial de la Iglesia. Su compinche peruano Cipriani, al servicio del Opus Dei, lanzó recientemente una ofensiva contra la Universidad de Lima, con objeto de controlar sus decisiones, su estructura y su ideario. Son ejemplos de una estrategia más o menos concreta que, planeada en el santo burdel romano, busca desesperadamente resguardar el protagonismo católico en la vida pública y retrasar el declive de sus mitos constitutivos, a fuerza de influir en los sistemas de educación o de frenar el avance de derechos fundamentales. Una lucha perdida, como afirma Taibo II, ya que se evidencia día a día el anacronismo y el sentido hipócrita de su cruzada moral e ideológica. Pero cuyas constantes escaramuzas tienden a una ambición obsesiva: la vigilancia sobre los cuerpos, y, por consiguiente, la imposición de una cartografía espiritual que pueda justificar la jerarquía, el patriarcado y la servidumbre. Una cartografía apoyada en el miedo y en el delirio, pero capaz todavía de ser más que una amenaza.

François Faucon nos propone en su artículo un ejercicio constructivo: la consideración del ateísmo en tanto que proceso permanente de creación de sentido. Un anti-sistema de valores, capaz de interpretar la realidad sin necesidad de aceptar instancias sobrehumanas. Posiblemente, solo enfrentándose a ellas y denunciando las consecuencias del paradigma religioso pueda evitarse ese mundo perfecto y neogótico que algunos nos quieren imponer a la fuerza.


Editorial del Boletín Digital de la FIdA, nº 118 (20.04.07)

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