La guardia civil desalojó el pasado viernes, por la noche, el Teatro Municipal “Enrique de la Cuadra” de Utrera (Sevilla), tras recibir un aviso de bomba en el edificio, mientras el artista Leo Bassi representaba su obra “La Revelación”.
Tras el desalojo, el alcalde de Utrera, Francisco Jiménez (PA) que asistía a la representación, ofreció a Bassi el ayuntamiento para que continuara allí su actuación. Este finalmente la prosiguió ante el numeroso público en una tarima, a la puerta del teatro. La guardia civil, tras inspeccionar el edificio y comprobar que no había ningún artefacto explosivo, dio el permiso para que el artista italiano y los espectadores pudieran regresar a la sala.
La representación de “La Revelación”, obra en la que Bassi hace una crítica racional a los monoteísmos, ya se había suspendido en Utrera hace diez meses, en mayo de 2007, por la alarma social creada y las protestas de la Federación Católica de Padres de Alumnos de Sevilla (FECAPA), al coincidir con los actos del año jubilar utrerano. Entonces, el alcalde de Utrera ofreció a Leo Bassi postergarla hasta que pasaran las celebraciones jubilares. En el pueblo sevillano de Marchena, hubo de suspenderse, en abril de 2007, por razones similares.
“La Revelación”, que se ha representado en más de 15 países y la han visto más de 120.000 espectadores en España, ha suscitado polémica desde que se estrenó en 2005. Entre otros altercados, en febrero de 2006, durante su representación en el teatro Alfil de Madrid, Leo Bassi fue objeto de un intento de atentado con bomba cuando un hombre se coló en su camerino e instaló un artefacto que no llegó a explotar.
Por su parte, Leo Bassi considera a la FECAPA “responsable moral” del aviso de bomba de ayer, así como de la suspensión de las funciones en Utrera y Marchena en 2007, en relación con el comunicado de prensa que, ayer mismo, poco antes de su actuación, emitió la FECAPA instando a los vecinos y hermandades de Utrera a “manifestar su desprecio” por la actuación del actor italiano en dicho municipio.
Bassi piensa que “es una situación absurda y peligrosa que entidades políticas o sociales, con sus consiguientes responsabilidades y, se entiende, respeto por la democracia, insten al linchamiento desde arriba, disfrazados de normalidad y legalidad, y consiguiendo que ultracatólicos violentos utilicen fórmulas terroristas y pasen de este modo a la acción”.
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