1.11.05

Ateísmo o barbarie


Manifiesto público de la Federación Internacional de Ateos.

Las afirmaciones de la religión no pueden ser objeto de conocimiento teórico. El sentimiento por parte del hombre de la conciencia de su culpa constante y su aspiración a la felicidad engendran en él la fe en un dios que castiga y ama; pero no puede haber pruebas de la veracidad de esta fe.

Todos los dogmas de las religiones resultan, a la luz de esta concepción, subjetivos y arbitrarios.

La razón y la experiencia histórica demuestran que el prejuicio religioso constituye un serio obstáculo para el pleno desarrollo de la libertad y la felicidad de los individuos. Los portavoces de la irracionalidad exigen fe y sumisión bajo el temor de una futura catástrofe escatológica, operando con amenazas de tormentos infernales y con promesas de goces paradisíacos.

Condicionada por su poder hipnótico, gran parte de la humanidad sigue encadenada a esta ficción, siendo a la vez cómplices y víctimas del engaño masivo representado por las religiones. La liberación de estas cadenas espirituales tiene un significado decisivo en el desarrollo de la sociedad y en el proceso de liberación del ser humano. Por ello, la lucha contra la religión no se puede limitar sólo a la esfera política o económica. Ha de poseer inevitablemente como base una nueva cosmovisión y una nueva actitud ética, orientada contra la ideología totalitaria religiosa. Frente a la barbarie representada por los dogmatismos, proponemos un retorno de la razón, una nueva visión de la realidad y la voluntad de liberar a los individuos de las fábulas derivadas del pensamiento mágico.

El desarrollo del pensamiento ateo ha sido históricamente tortuoso y contradictorio. Pero las manifestaciones de este desarrollo han sido eslabones hacia el ateísmo consecuente. Ante el juicio de la razón, la religión en su conjunto resulta decididamente condenada. No obstante, la superstición religiosa organizada mantiene todavía estrechas alianzas con el poder político y económico, con la moral y con la cultura. Tal superstición permite y sustenta el influjo que la irracionalidad ejerce sobre nuestra época, en forma de integrismos y fundamentalismos.

Ciertas formas de oposición a las condiciones establecidas no son efectivas sino a través de una colectivización del esfuerzo. Pretendemos dar forma a un movimiento ateo global, que se dote de unos objetivos concretos y que planifique sus actuaciones públicas. Pensamos que jamás se ha dado al ateísmo la importancia que posee como fundamento de las bases científicas, políticas y filosóficas de Occidente. Creemos necesario profundizar en los fundamentos históricos, sociológicos, psicológicos y filosóficos del ateísmo, seccionar las raíces de nuestra heredada moral judeocristiana y analizar críticamente el papel que la religiosidad ha ejercido y ejerce sobre la conducta social.

Estamos convencidos del papel del ateísmo como catalizador de fuerzas transformadoras. La Federación Internacional de Ateos está integrada por hombres y mujeres seguros de la necesidad de prescindir de la idea de dios, de combatir el error fatal de esta creencia y de acotar progresivamente la influencia de las religiones y de sus ideologías afines en nuestras respectivas sociedades. A través de ella será posible canalizar de forma positiva nuestra capacidad de análisis y de respuesta ante la amenaza representada por la religiosidad y por el prejuicio idealista para el pleno desarrollo de los derechos y libertades civiles en los sistemas políticos en los que habitamos. Es un paso imprescindible en la formación de una sociedad más crítica, consciente, libre y autónoma, capaz de enfrentarse colectiva y coherentemente a la presión ejercida por el oscurantismo religioso.

El pensamiento libre no se detiene jamás ante el fetichismo. Ha llegado el momento de converger en una asociación atea internacional, que se concrete en una lúcida y efectiva conspiración contra todo tipo de irracionalismo.

La religión favorece la supervivencia de la especie


"Para muchos científicos, toda creencia religiosa no es más que una superstición irracional basada en la ignorancia del ser humano ante todo lo que le angustia y no entiende, como el dolor, la desgracia y la muerte. Desde este punto de vista, la expansión de una comprensión científica del mundo debería erradicar gradualmente las explicaciones sobrenaturales que promueven las religiones para comprender la realidad".

Saco este párrafo de contexto, ya que aparece en un artículo de periodistadigital.com(http://www.periodistadigital.com/religion/object.php?o=216335) en el que un antropólogo pretende que la religión ha favorecido la supervivencia de la especie, y el párrafo mencionado es tomado como base para su refutación. Según el tipo, el "impulso religioso" surgido en las primeras comunidades de homínidos (y con esto ya no estoy de acuerdo, pues me parece una nueva versión de las tesis capciosas de la fenomenología religiosa) "inclinó a estos grupos a comportarse de una forma más solidaria frente a los enemigos, fomentando el establecimiento de normas éticas de comportamiento".

Bueno, quizá algo bueno tengan el irracionalismo y la estupidez. También el miedo ha favorecido la supervivencia de la especie. Pero, retomando el asunto de la tan discutida como esperada desaparición progresiva de la religión, no creo que se trate de "futurología" cuando se defiende que el catolicismo está ahora mismo afianzándose en sus esquemas más irracionales y fideístas (una simple mirada a aciprensa basta) en aras de su estrategia de repliegue frente al "enemigo" (la ciencia, el escepticismo, la increencia, el laicismo creciente de las sociedades desarrolladas, etc.). El número de vocaciones desciende "alarmantemente", crecen el ateísmo y el agnosticismo, las iglesias se vacían... Por otro lado, también aumenta la beligerancia de las iglesias, su insistencia en influir sobre los poderes políticos, el apoyo a las teorías del "diseño inteligente" y del creacionismo, la afluencia a las sectas mesiánicas y milenaristas... es decir, se está radicalizando la posición de los creyentes, tendiendo a un incremento de los fundamentalismos. Esto, creo, da una clave para comprender que se trata de movimientos agónicos que tienden a reforzar su intolerancia en un penúltimo intento por subsistir. El perro cogió la rabia.