30.4.08
Padres de una niña en coma rezan en lugar de llamar a un médico
29.4.08
Irán vs. la Barbie
Ateísmo y III República
28.4.08
Ante la polémica surgida por la exposición de un cuadro crítico en "Abandon-Arte Orihuela"
Desde la Federación Internacional de Ateos (FIdA), y como parte de nuestra tarea de alerta ante el resurgimiento de los fundamentalismos y de defensa de la separación entre las iglesias y el Estado, queremos dejar constancia de nuestro pleno apoyo a las Juventudes Socialistas de Orihuela, organizadores de la exposición Abandon-Arte, así como al joven creador Pedro Pablo Abadía Calpena, amenazados (una vez más) por la intolerancia fanática de quienes, habiendo renunciado voluntariamente a la razón, elevan la exigencia del respeto a sus convicciones particulares por encima de las libertades de conciencia y expresión.
Tras la excusa de la ofensa a cada moral particular, los sectores más reaccionarios del catolicismo vuelven por sus habituales fueros tratando de limitar la independencia creativa, acotar el campo de la libertad de expresión y criminalizar las opciones ideológicas que no les son afines, basándose en ese presunto límite a las libertades con el que deliran: el "delito" de "blasfemia". ¿Qué clase de "mínimo común denominador" apuesta por censurar el pensamiento para no herir todas las posibles susceptibilidades? Lo sabemos: el hipócrita respeto a la (su) sensibilidad a que nos tienen acostumbrados, el que deriva en una concepción de la ética y de la libertad subordinadas al dogma, a la censura y a su exclusiva moral particular.
Su ataque va siempre dirigido a las creencias, aunque se ampare en la defensa de éstas. Porque parte siempre de la falacia del respeto a las ideas (las suyas exclusivamente, claro está) y a los colectivos (su Iglesia, de nuevo). Nunca a las personas, nunca a las conciencias individuales. En nombre del respeto pretenden acallar toda disidencia. Pero no existe ninguna obligación intelectual de respetar una idea, y mucho menos si ésta depende de una imaginaria concepción del mundo. En nombre de la presunta "libertad religiosa" atentan permanentemente contra el verdadero derecho: la libertad de conciencia. La que admite otras posibilidades que no son la suya.
De este modo transmiten y perpetúan los mitos constitutivos de una neurosis colectiva que tanto daño ha hecho y sigue haciendo a la humanidad. Los acuerdos inconstitucionales con el Vaticano, la financiación abierta o enmascarada de la Iglesia católica por parte de nuestros gobiernos, la enseñanza de los dogmas religiosos en las escuelas, la moral hipócrita del catolicismo, los símbolos confesionales en los edificios públicos, las constantes insolencias de los obispos, la injerencia en la política y en la vida social de la curia, y, en definitiva, el fundamentalismo de ésta y de cualquier otra visión religiosa contra la ciencia, el derecho, la educación laica y la libertad de conciencia, son ejemplos de esa intransigencia católica que pretende hacerse pasar por víctima cuando tan a menudo y tan cumplidamente ha desempeñado el papel de verdugo.
Se trata de un nuevo episodio de la misma batalla de siempre. Desde el tabú ritualizado que garantiza la inmunidad de mitos, símbolos y animales sagrados hasta la verborrea escatológica del obispo indignado de turno, los viejos chamanes buscan acallar la crítica, la palabra libre, la obra artística que corroe sus fundamentos imaginarios. Su dios ha sido ultrajado. Sus normas éticas violadas. Sus leyendas morales vituperadas. Lo cual les resulta inadmisible, y tratan de hipnotizar a la opinión pública con la melodía del "respeto" y de la inmunidad de sus convicciones. En apariencia, un discurso coherente y cívico. Pero sólo en apariencia. Porque el avance de las libertades, la emancipación cultural y la conquista de los derechos van unidas, sin duda, a la desaparición progresiva de las cadenas del irracionalismo religioso.
Enlaces:
Comunicado de las JJ. SS. de Orihuela
Campaña de presión de los intolerantes de HO
Sectores ultracatólicos, contra una exposición promovida por las Juventudes Socialistas de Orihuela
La Federación Internacional de Ateos apoya la libertad de expresión en Abandon-Arte
Campaña IRPF 2008. Ni un céntimo para quien discrimina
26.4.08
El Pentágono acusa a Irán de incrementar su apoyo a la insurgencia iraquí
Aragón: nuevo reglamento de protocolo
El adios del hombre-bomba
23.4.08
22.4.08
American Atheists
Embajador de Pakistán en Kabul, rehén de los talibanes
21.4.08
Combates en la capital de Somalia
Un aviso de bomba interrumpe la actuación de Leo Bassi en Utrera
Tras el desalojo, el alcalde de Utrera, Francisco Jiménez (PA) que asistía a la representación, ofreció a Bassi el ayuntamiento para que continuara allí su actuación. Este finalmente la prosiguió ante el numeroso público en una tarima, a la puerta del teatro. La guardia civil, tras inspeccionar el edificio y comprobar que no había ningún artefacto explosivo, dio el permiso para que el artista italiano y los espectadores pudieran regresar a la sala.
La representación de “La Revelación”, obra en la que Bassi hace una crítica racional a los monoteísmos, ya se había suspendido en Utrera hace diez meses, en mayo de 2007, por la alarma social creada y las protestas de la Federación Católica de Padres de Alumnos de Sevilla (FECAPA), al coincidir con los actos del año jubilar utrerano. Entonces, el alcalde de Utrera ofreció a Leo Bassi postergarla hasta que pasaran las celebraciones jubilares. En el pueblo sevillano de Marchena, hubo de suspenderse, en abril de 2007, por razones similares.
“La Revelación”, que se ha representado en más de 15 países y la han visto más de 120.000 espectadores en España, ha suscitado polémica desde que se estrenó en 2005. Entre otros altercados, en febrero de 2006, durante su representación en el teatro Alfil de Madrid, Leo Bassi fue objeto de un intento de atentado con bomba cuando un hombre se coló en su camerino e instaló un artefacto que no llegó a explotar.
Por su parte, Leo Bassi considera a la FECAPA “responsable moral” del aviso de bomba de ayer, así como de la suspensión de las funciones en Utrera y Marchena en 2007, en relación con el comunicado de prensa que, ayer mismo, poco antes de su actuación, emitió la FECAPA instando a los vecinos y hermandades de Utrera a “manifestar su desprecio” por la actuación del actor italiano en dicho municipio.
Bassi piensa que “es una situación absurda y peligrosa que entidades políticas o sociales, con sus consiguientes responsabilidades y, se entiende, respeto por la democracia, insten al linchamiento desde arriba, disfrazados de normalidad y legalidad, y consiguiendo que ultracatólicos violentos utilicen fórmulas terroristas y pasen de este modo a la acción”.
Protestas en NY (3)
Protestas en NY (2)
19.4.08
Leo Bassi debe interrumpir su espectáculo en Utrera por un aviso de bomba
Patronus, en Sevilla laica.
El día 18 de abril, a las 21 horas, "La Revelación" de Leo Bassi llegaba al teatro municipal "Enrique de la Cuadra" de Utrera tras varias vicisitudes. Pasada media hora del inicio de la función, dos patrullas de la Guardia civil acuden al teatro y piden su desalojo porque se había recibido una amenaza de que había un artefacto explosivo en el mismo.
Leo Bassi es informado en el escenario y debe interrumpir sus reflexiones sobre las peripecias de Moisés en el Éxodo para pedir al público que abandone la sala y salga a la calle como medida de precaución y para permitir el registro del teatro. El espectáculo llegaba a Utrera precedido por la polémica ya que la representación prevista para el 19 de Mayo de 2007, fue suspendida antes de las elecciones municipales por el Ayuntamiento. Lo mismo ocurrió en la también sevillana localidad de Marchena.
El actor italiano, que se define a sí mismo como "payaso y bufón", reaccionó de forma valiente y decidida como es habitual en él: tras dirigirse a los ciudadanos en varios lugares públicos para explicar el contenido de su espectáculo, consiguió el compromiso del alcalde Francisco Jiménez Morales para representar "La revelación" en el teatro municipal en fechas más tranquilas para los políticos.
Por tanto, el 18 de abril, Bassi y el Ayuntamiento de Utrera saldaban la deuda pendiente, aunque los acontecimientos no discurrirían de forma serena y civilizada como era deseable. Tras la interrupción, el actor italiano continuó su actuación en la calle, a viva voz, subido en una mesa que le servía como escenario. al cabo de 40 minutos y tras personarse en el lugar el propio alcalde, la Guardia Civil autorizó que se volviese a entrar en el teatro y Leo Bassi pidió al público que le ayudase a terminar la función "para que se jodan los intolerantes". La obra continuó en un ambiente de solidaridad y camaradería ante las amenazas, finalizando con grandes aplausos y un ambiente de triunfo entre el público.
Desde que comenzó la gira de su obra "La revelación", Leo Bassi ha sufrido múltiples amenazas y dos atentados con artefactos explosivos. Todo esto nos lleva a pensar que, se esté de acuerdo o no con lo que dicen, es necesario el respeto a la libre expresión de las ideas de cada uno, en la forma que elija. También vemos que la intolerancia y la barbarie no son patrimonio de ninguna religión ni ideología. El laicismo es la mejor defensa ante la intolerancia, la practiquen grupos integristas musulmanes, nacionalistas de Irlanda o el País Vasco, ultracatólicos o cualquiera otro que pretenda imponer sus ideas por la fuerza.
Espiritualidad católica
El País, 19.04.08.
El presidente de la Fundación San Rosendo, el sacerdote Benigno Moure, ha sido declarado hoy culpable de haberse apropiado de los 573.673 euros que conformaban el patrimonio de María Vázquez Covela, fallecida en la residencia geriátrica Os Gozos, en Pereiro de Aguiar (Ourense), centro gestionado por la entidad que preside. El clérigo ha sido sentenciado a cinco años de cárcel, y la fundación tendrá que devolver la cantidad reseñada más los intereses al heredero y denunciante de los hechos, César Vázquez Romero, sobrino de la fallecida. Moure también ha quedado inhabilitado para dirigir instituciones asistenciales durante tres años.
El tribunal considera probado probado que el sacerdote se aprovechó del "deterioro progresivo e irreversible de la capacidad intelectiva" de María Vázquez Covela", que padecía una demencia senil, "con la intención de transferir ilícitamente a la Fundación San Rosendo" el dinero de sus cuentas y el obtenido tras la venta de varias propiedades de la anciana y de su marido, que ya había fallecido. A la muerte de la anciana en 2003, su patrimonio se encontraba "todo disipado".
La fundación que dirige Moure gestiona 54 entidades dedicadas a la prestación de servicios sociales, de las que 48 son geriátricos. En total, 3.000 ancianos están a su cargo.
Ver El País, "Un cura en el banquillo por desplumar a una anciana", "20 testigos y tres peritos declaran en el juicio contra el cura Benigno Moure" y "Cinco años de cárcel para el cura Moure por apropiación indebida".
Eye To Eye: Confronting Abuse
Three victims of church sexual abuse talk to CBS News about their meeting with the Pope, who has publicly apologized for a scandal from which the Catholic church has yet to recover (CBSNews).
18.4.08
New York Gets Ready for Papal Visit
New York City is putting the final touches on security and other preparations hours ahead of Pope Benedict XVI's arrival (Asociated Press).
17.4.08
Rito masivo en el National Park
Catholic News Agency. Unos 46.000 papistas, según USA Today, asistieron al estadio de beisbol para ver a Ratzinger. La Iglesia -ha dicho- está llamada a intervenir y a realizar cambios en la sociedad. En una declaración anterior, exaltó el vínculo entre religión y política que rige en Estados Unidos, poniéndolo como ejemplo para Europa. Un modelo de "laicidad positiva" que responde claramente a la estrategia de recatolización abordada por el Vaticano.
Manifestaciones contra el depredador
Protestas ciudadanas en los EE. UU., denunciando los abusos del clero.
Protesta fundamentalista
Fundamentalistas seguidores de Jack Chick se manifestaron ayer en los alrededores de la Casa Blanca, portando pancartas en las que se acusaba a Ratzinger de ser el "Anticristo" y advirtiendo a los católicos de que acabarán en el infierno. Otros manifestantes acusaron a la Iglesia de proteger a los pedófilos.
16.4.08
Roma será pronto conquistada por el Islam
Un líder musulmán miembro de la facción radical Hamas y del parlamento de Palestina dio un discurso televisivo el viernes pasado en el que dijo que "muy pronto, por Alá, Roma será conquistada" por el Islam.
Yunis al-Astal dijo a sus oyentes lo siguiente: "muy pronto, por Alá, Roma será conquistada, así como lo fue Constantinopla, como fue profetizado por nuestro profeta Mahoma. Hoy, Roma es la capital de los católicos, o la capital de los cruzados, que ha declarado su hostilidad al Islam".
Esta alocución fue transmitida por la cadena de Hamas, Al-Aqsa TV. En ella Yunis al-Astal dijo que Roma se convertirá en "un puesto avanzado para las conquistas del Islam, que se extenderá en Europa por completo, y luego llegará a las América, e incluso a Europa del Este".
"Alá los ha escogido a ustedes para él y para su religión, para que sirvan como motor que mueva a su nación hacia la fase de sucesión, seguridad y consolidación del poder, e incluso a conquistar mediante el da'wa y las conquistas militares de las capitales del mundo entero", prosigue la arenga del miembro de Hamas.
En opinión de Yunis al-Astal, Roma "ha plantado los hermanos de simios y cerdos en Palestina para prevenir el despertar del Islam". "Creo que nuestros hijos, nuestros nietos, heredarán nuestra jihad (guerra santa musulmana) y nuestros sacrificios y, por Alá, los comandantes de nuestra conquista estarán entre ellos", añadió.
"Hoy, sembramos estas semillas en sus almas, y por medio de las mecas y los libros del Corán, y la historia de nuestros profetas, sus compañeros y los grandes líderes, los preparamos para la misión de salvar a la humanidad del fuego del infierno a cuyo borde se encuentran", continuó.
Según FOX News, al-Astal alentó en junio de 2007 a las mujeres a martirizarse: "Cuando la jihad se convierte en un deber individual, también se aplica a las mujeres, porque las mujeres no difieren de los hombres cuando se trata de deberes individuales", dijo en una entrevista el 23 de junio.
Ratzinger en EE. UU.
El Papa Benedicto XVI llegó anoche minutos después de las 22 (hora peninsular española) a la base aérea de Andrews, en las afueras de Washington, para una visita de seis días a la capital estadounidense y Nueva York, la primera que realiza a Estados Unidos desde que está al frente de la Iglesia Católica. EE UU cuenta con unos 70 millones de católicos reconocidos.
15.4.08
Tíbet. Un infierno bajo la teocracia y el feudalismo
Michel Parenti,
Tibet, ¿Friendly Feudalism?
A través de los tiempos ha prevalecido una angustiosa simbiosis entre la religión y la violencia. Las historias del cristianismo, del judaísmo, del hinduismo y del Islam están fuertemente entrelazadas con venganzas internas, inquisiciones y guerras. Una y otra vez, los profesionales de la religión han pretendido tener un mandato divino para aterrorizar y masacrar a herejes, infieles y otros pecadores.
Hay quien ha argumentado que el budismo es diferente, que aparece en marcado contraste con la violencia crónica de otras religiones. Por cierto, tal como es practicado en Estados Unidos, el budismo es más una disciplina “espiritual” y psicológica que una teología en el sentido usual. Ofrece técnicas meditativas y auto-tratamientos que dicen aumentan la “iluminación” y la armonía interior. Pero como todo otro sistema de creencias, el budismo debe ser juzgado no sólo por sus enseñanzas sino por la conducta real de sus adalides.
¿La excepción budista?
Una mirada a la historia revela que las organizaciones budistas no han estado libres de las actividades violentas tan características de los grupos religiosos a través de los tiempos. En Tíbet, desde principios del siglo XVII hasta bien comenzado el XVIII, sectas budistas en competencia emprendieron hostilidades armadas y ejecuciones sumarias (1). En el siglo XX, de Tailandia a Birmania y de Corea a Japón, los budistas han chocado los unos contra los otros y contra no-budistas. En Sri Lanka, inmensas batallas en nombre del budismo forman parte de la historia cingalesa (2).
Hace sólo unos pocos años, en Corea del Sur, miles de monjes de la orden budista Chogye –supuestamente devoto de una búsqueda meditativa de iluminación espiritual– se combatieron con puños, piedras, bombas incendiarias y garrotes, en violentas batallas que duraron semanas. Rivalizaban por el control de la orden, la mayor de Corea del Sur, con un presupuesto anual de 9,2 millones de dólares, millones de dólares adicionales en propiedades y el privilegio de nombrar a 1.700 monjes en diferentes puestos. Las reyertas destruyeron parcialmente los principales santuarios budistas y dejaron a docenas de monjes heridos, algunos seriamente. Las dos facciones en disputa presumían de apoyo público. En realidad, parece que los ciudadanos coreanos desdeñaban a ambas partes, considerando que cualquiera de las camarillas de monjes que tomara el control de la orden utilizaría los donativos de los fieles para acumular riquezas, incluyendo casas y automóviles caros. Según una fuente noticiosa, la reyerta dentro de la orden budista Chogye (transmitida en gran parte por la televisión coreana) “arruinó la imagen de la Iluminación Budista” (3).
Sin embargo, muchos budistas actuales en EE. UU. argumentarían que nada de esto tiene que ver con el Dalai Lama y con el Tíbet que él presidió antes de la ofensiva china de 1959. El Tíbet del Dalai Lama, creen, era un reino orientado hacia la espiritualidad, libre de formas de vida egoístas, de un materialismo vacío, de esfuerzos estériles y de los vicios corruptores que afectan a la sociedad industrializada moderna.
Los medios noticiosos occidentales, y un montón de libros de viajes, novelas y películas de Hollywood han descrito la teocracia Tibetana como un verdadero Shangri-La y al Dalai Lama como un sabio santo, “el mejor ser humano viviente”, como barbotó efusivamente el actor Richard Gere (4).
El propio Dalai Lama apoyó esa imagen idealizada del Tíbet con declaraciones como: “La civilización del Tíbet tiene una larga y rica historia. La influencia omnipresente del budismo y los rigores de la vida en los amplios espacios abiertos de un entorno que conserva su belleza natural resultó en una sociedad dedicada a la paz y la armonía. Gozábamos de libertad y satisfacción” (5). En realidad, la historia del Tíbet es un poco distinta. En el siglo XIII, el emperador Kublai Khan creó al primer Gran Lama, que debía presidir sobre los otros lamas como un Papa lo haría sobre sus obispos. Varios siglos más tarde, el emperador de China envió un ejército a Tíbet para apoyar al Gran Lama, un ambicioso hombre de 25 años, que luego se dio el título de Dalai (Océano) Lama, gobernante de todo Tíbet. Es una buena ironía histórica: el primer Dalai Lama fue instalado por un ejército chino.
Para elevar su autoridad más allá de todo desafío mundano, el primer Dalai Lama se apoderó de los monasterios que no pertenecían a su secta, y se cree que destruyó escrituras budistas que estaban en conflicto con su pretensión de divinidad (6). El Dalai Lama que le sucedió se dedicó a una vida sibarítica, disfrutando de numerosas amantes, celebrando fiestas con sus amigos, escribiendo poesía erótica y actuando de otras maneras que podrían parecer inapropiadas para una deidad encarnada. Por ese motivo fue “desaparecido” por los sacerdotes. En 170 años, a pesar de sus estatus reconocidos como dioses, cinco Dalai Lamas fueron asesinados por sus sumos sacerdotes u otros cortesanos budistas no-violentos (7).
Shangri-La (para nobles y Lamas)
Las religiones han tenido una estrecha relación no sólo con la violencia sino también con la explotación económica. Por cierto, es a menudo la explotación económica la que incita a la violencia. Así fue con la teocracia tibetana. Hasta 1959, cuando el Dalai Lama presidió por última vez el Tíbet, la mayor parte de la tierra cultivable seguía organizada en propiedades señoriales religiosas o laicas, trabajadas por siervos. Incluso un escritor como Pradyumna Karan, simpatizante del antiguo orden, admite que “una gran parte de los bienes raíces pertenecía a los monasterios, y la mayoría de estos amasó inmensas fortunas... Además, monjes individuales y lamas pudieron acumular grandes riquezas mediante su participación activa en el comercio, los negocios y los préstamos de dinero” (8). El monasterio Drepung fue uno de los principales latifundios del mundo, con sus 185 feudos, 25.000 siervos, 300 grandes pastizales y 16.000 vaqueros. La riqueza de los monasterios beneficiaba a los lamas de rango superior, muchos de los cuales eran vástagos de familias aristocráticas, mientras que la mayoría del clero inferior era tan pobre como la clase campesina de la que provenía.
Esta desigualdad económica, determinada por la clase, dentro del clero tibetano, era muy parecida a la del clero cristiano en Europa medieval. Junto con el clero superior, se beneficiaron los dirigentes laicos. Un ejemplo notable fue el comandante en jefe del ejército tibetano, que poseía 4.000 kilómetros cuadrados de tierra y 3.500 siervos. También era miembro del gabinete laico del Dalai Lama (9).
El antiguo Tíbet ha sido falseado por algunos de sus admiradores occidentales como “una nación que no necesitaba una fuerza policial porque su población respetaba voluntariamente las leyes del Karma” (10). En realidad, tenía un ejército profesional, aunque pequeño, que servía de gendarmería para que los terratenientes mantuvieran el orden y capturaran a los siervos escapados (11).
A menudo arrebataban a jóvenes muchachos tibetanos a sus familias y los llevaban a los monasterios para que fueran preparados para ser monjes. Una vez que se encontraban allí, quedaban obligados de por vida. Un monje, Tashì-Tsering, informa que era práctica común en los monasterios que los niños campesinos sufrieran abusos sexuales. Él mismo fue víctima de repetidas violaciones cuando niño al poco tiempo de ser llevado al monasterio a los nueve años (12). Las propiedades monásticas también reclutaban a niños campesinos para la servidumbre de por vida como empleados domésticos, danzarines y soldados.
En el antiguo Tíbet había pequeñas cantidades de agricultores que sobrevivían como una especie de campesinos libres, y tal vez unas 10.000 personas que formaban la “clase media”, familias de comerciantes, mercaderes y pequeños negociantes. Miles de ellos eran mendigos. Una pequeña minoría se componía de esclavos, generalmente sirvientes domésticos, que no poseían nada. Sus descendientes nacían como esclavos (13). En 1953, la mayor parte de la población rural –unos 700.000 de una población total estimada en 1.250.000– se componía de siervos. Atados a la tierra, recibían sólo una pequeña parcela para cultivar su propio alimento. Generalmente, los siervos y otros campesinos no recibían educación ni atención sanitaria. Pasaban la mayor parte de su tiempo trabajando para los monasterios y para lamas individuales de alto rango, o para una aristocracia laica que no contaba con más de 200 familias. En efecto, eran propiedad de sus amos, que les decían qué cultivar y qué animales criar. No podían casarse sin el consentimiento de su señor o lama. Un siervo podía ser fácilmente separado de su familia si el propietario lo enviaba a trabajar a un sitio distante. Los siervos podían ser vendidos por sus amos, o sometidos a tortura y muerte (14).
Un señor tibetano escogía a menudo a sus mujeres de entre la población de siervos, si nos basamos en la declaración de una mujer de 22 años que era una sierva escapada: “Todas las muchachas siervas hermosas eran usualmente tomadas por el propietario para ser sirvientas en la casa y utilizadas a su gusto por el amo”. “No eran otra cosa que esclavas sin derechos” (15). Los siervos necesitaban permiso para ir a cualquier sitio.
Los terratenientes tenían autoridad legal para capturar y recuperar por la fuerza a los que trataban de huir. Un siervo escapado de 24 años, entrevistado por Anna Louise Strong, saludó la intervención china como una “liberación”. Mientras fue siervo, afirmó, no era muy diferente de un animal de tiro, sometido a un trabajo incesante, al hambre y al frío, sin poder leer o escribir, y sin saber nada de nada. Relata sus intentos por escapar:
“La primera vez [los hombres del terrateniente] me sorprendieron cuando huía. Yo era muy pequeño y sólo me esposaron y me insultaron. La segunda vez me golpearon. A la tercera vez ya tenía quince años y me dieron cincuenta fuertes latigazos; dos de ellos se me sentaron encima, uno sobre mi cabeza y otro sobre mis pies. Me salió sangre por la nariz y la boca. El supervisor dijo: “Esto es sólo sangre de la nariz; agarren palos más pesados y sáquenle algo de sangre del cerebro”. Entonces me golpearon con palos más pesados y me echaron alcohol y agua con sosa cáustica en las heridas para que dolieran más. Me desmayé durante dos horas” (16).
Además de sufrir una servidumbre vitalicia trabajando sin pago la tierra del señor –o la tierra del monasterio–, obligaban a los siervos a reparar las casas del amo, transportar sus cosechas, recoger leña para su fuego. También debían suministrar animales de carga y transporte cuando se les exigía. “Era un sistema eficiente de explotación económica que garantizaba a las elites religiosa y laica una mano de obra permanente y segura para cultivar sus posesiones sin carga ni responsabilidad diaria por la subsistencia del siervo ni la necesidad de competir por mano de obra en el contexto de un mercado” (17).
La gente en general trabajaba bajo los lastres combinados de la “corvée” (trabajo obligatorio sin pago por el señor) y onerosos diezmos. Pagaban impuestos por casarse, por el nacimiento de cada hijo y por cada muerte en la familia. Pagaban impuestos por plantar un nuevo árbol en su patio, por mantener animales domésticos o de corral, por poseer una maceta con flores o por colocar un cencerro sobre un animal. Había impuestos para los festivales religiosos, por cantar, bailar, tocar el tambor y tocar la campana. La gente pagaba impuestos por ir a prisión y por su liberación. Incluso los mendigos pagaban impuestos. Los que no podían encontrar trabajo pagaban impuestos por no tenerlo, y si viajaban a otra aldea en busca de trabajo, pagaban un impuesto por derecho de tránsito. Cuando la gente no podía pagar, los monasterios le prestaban el dinero con un interés de entre un 20 y un 50 por ciento. Algunas deudas eran pasadas de padres a hijos y a nietos. Los deudores que no podían pagar sus compromisos podían ser esclavizados durante todo el tiempo exigido por el monasterio, algunas veces por el resto de sus vidas (18).
Las enseñanzas religiosas de la teocracia sustentaban este orden clasista. A los pobres y afligidos se les enseñaba que ellos mismos habían provocado sus problemas por su comportamiento insensato y malvado en sus vidas anteriores. Por lo tanto, debían aceptar la miseria de su existencia actual como expiación y anticipación de que su suerte mejoraría al renacer. Desde luego, los ricos y poderosos trataban su buena suerte como una recompensa y como una evidencia tangible de virtud en vidas pasadas y presentes.
Tortura y mutilación en Shangri-La
En el Tíbet del Dalai Lama, la tortura y la mutilación –incluyendo la amputación de las extremidades, los ojos o la lengua y el corte de tendones en las piernas– eran castigos preferidos infligidos a ladrones, a siervos escapados y a otros “criminales”. Al viajar por Tíbet en los años 60, Stuart y Roma Gelder entrevistaron a un antiguo siervo, Tsereh Wang Tuei, que había robado dos ovejas, propiedad de un monasterio. Por eso le arrancaron sus dos ojos y le mutilaron la mano, inutilizándola. Explica que ya no es budista. “Cuando un santo lama les dijo que me cegaran pensé que no hay bien alguno en la religión” (19). Algunos visitantes occidentales del viejo Tíbet observaron los numerosos amputados que se veía. Ya que era contrario a las enseñanzas budistas acabar con la vida humana, algunos infractores eran severamente azotados y luego “dejados a la merced de Dios” en la noche helada para que murieran. “Los paralelos entre Tíbet y Europa medieval son sorprendentes”, concluye Tom Grunfeld en su libro sobre Tíbet (20).
Anna Louise Strong informa que algunos monasterios tenían sus propias prisiones privadas. En 1959 visitó una exhibición de equipos de tortura que habían sido utilizados por los amos tibetanos. Había esposas de todos los tamaños, incluyendo pequeñas para niños, e instrumentos para cortar narices y orejas y quebrar manos. Para arrancar los ojos había un gorro especial con dos agujeros, que era presionado sobre la cabeza de manera que los ojos aparecían a través de los agujeros y podían ser arrancados con más facilidad. Había instrumentos para cortar las rótulas de las rodillas y los talones, o para cortar los tendones de las piernas. Había hierros para marcar, látigos y complementos especiales para destripar (21).
La exhibición contenía fotografías y testimonios de víctimas que habían sido cegadas o lisiadas, o que habían sufrido amputaciones por robo. Estaba el pastor cuyo amo le debía un reembolso en yuan y trigo pero que se negaba a pagar. Así que se apoderó de una de las vacas del amo, y por haberlo hecho le cortaron las manos. A otro pastor, que se oponía a que el señor le quitara a su mujer, le quebraron las manos. Había fotos de activistas comunistas a los que les habían cortado las narices y los labios superiores, y de una mujer que fue violada y a la que después le cortaron la nariz (22).
El despotismo teocrático fue la regla durante generaciones. Un visitante inglés a Tíbet en 1895, el doctor A. L. Waddell, escribió que la gente en Tíbet vivía bajo la “intolerable tiranía de los monjes” y las infernales supersticiones que habían elaborado para aterrorizarla. En 1904, Perceval Landon describió el régimen del Dalai Lama como “una máquina de opresión” y “una barrera contra toda mejora humana”.
Aproximadamente en esa época, otro viajante inglés, el capitán W.F.T. O'Connor, observó que “los grandes terratenientes y los sacerdotes... ejercen en sus propios dominios un poder despótico contra el que no hay apelación”, mientras la gente es “oprimida por el más monstruoso engendro de monacato y de sacerdocio que el mundo jamás haya conocido”. Los gobernantes tibetanos, como los europeos de la Edad Media, “forjaron innumerables instrumentos de servidumbre, inventaron leyendas degradantes, y estimularon un espíritu de superstición” entre la gente común (23).
En 1937, otro visitante, Spencer Chapman, escribió: “El monje lamaísta no pasa su tiempo cuidando a la gente o educándola, ni los seglares participan o asisten a los servicios del monasterio. El mendigo al borde de la calle no representa nada para el monje. El conocimiento es una prerrogativa celosamente guardada en los monasterios y es utilizado para aumentar su influencia y riqueza” (24).
Ocupación y revuelta
Los comunistas chinos ocuparon Tíbet en 1951, reivindicando un protectorado sobre ese país. El tratado de 1951 estipuló un aparente autogobierno bajo el Dalai Lama, pero otorgó a China el control militar y el derecho exclusivo de conducir las relaciones exteriores. Los chinos también recibieron un papel directo en la administración interna “para promover reformas sociales”. Primero avanzaron lentamente, basándose sobre todo en la persuasión en un intento por realizar cambios. Entre las primeras reformas que trajeron aparejadas estuvieron la reducción de las tasas de interés usureras y la construcción de algunos hospitales y carreteras.
Mao Zedung y sus cuadros comunistas no querían simplemente ocupar Tíbet. Deseaban la cooperación del Dalai Lama en la transformación de la economía feudal de Tíbet según objetivos socialistas. Incluso Melvyn Goldstein, que simpatiza con el Dalai Lama y la causa de la independencia del Tíbet, admite que “contrariamente a la creencia popular en Occidente”, los chinos “mantuvieron una política de moderación”. “Cuidaron de mostrar respeto por la cultura y la religión Tibetana” y “permitieron que los antiguos sistemas feudal y monástico continuaran sin cambio alguno. Entre 1951 y 1959, no sólo no se confiscaron propiedades aristocráticas o monásticas, sino que se permitió que los señores feudales ejercieran una continuada autoridad judicial sobre los campesinos obligados hereditariamente” (25). Incluso en 1957 Mao Zedung trató de rescatar su política gradualista. Redujo la cantidad de cuadros y soldados chinos en Tíbet y prometió por escrito al Dalai Lama que China no realizaría reformas agrarias en Tíbet durante los seis años siguientes o incluso durante más tiempo si las condiciones no estaban maduras (26).
A pesar de ello, el control chino sobre Tíbet incomodaba considerablemente a los señores y lamas. Lo que les molestaba sobre todo no era que los intrusos fueran chinos. Habían visto ir y venir a los chinos durante siglos y habían tenido buenas relaciones con el Generalísimo y su régimen reaccionario del Kuomintang en China (27). Por cierto, la aprobación del Kuomintang fue necesaria para validar la selección del actual Dalai Lama y del Panchen Lama. Cuando el joven Dalai Lama fue instalado en Lhasa, fue con una escolta armada de tropas de Chiang Kaishek y con la participación de un ministro chino, de acuerdo con una tradición centenaria (28). Lo que realmente molestaba a los señores y lamas Tibetanos fue que estos últimos chinos eran comunistas. Sería sólo cosa de tiempo, estaban seguros, antes de que los comunistas comenzaran a imponer sus soluciones igualitarias y colectivistas sobre la teocracia altamente privilegiada.
En 1956-57, bandas tibetanas armadas emboscaron a convoyes del Ejército Popular de Liberación de China (EPL). El levantamiento recibió un amplio apoyo material de la CIA, incluyendo armas, suministros y entrenamiento militar para unidades de comando tibetanas. Es asunto de conocimiento público que la CIA estableció campos de apoyo en Nepal, y que realizó numerosos transportes aéreos y operaciones de guerrilla dentro de Tíbet (29). Mientras tanto, en EE. UU., la Sociedad Estadounidense “Por un Asia Libre”, un frente de la CIA, realizó una intensa publicidad a la causa de la resistencia tibetana. El hermano mayor del Dalai Lama, Thubtan Norbu, tuvo un papel activo en ese grupo.
Muchos de los comandos y agentes tibetanos a los que la CIA lanzó al interior del país eran jefes de clanes aristocráticos o hijos de jefes. No se supo más de un noventa por ciento de ellos según un informe de la propia CIA (30). Las pequeñas y dispersas guarniciones del EPL chino no podrían haberlos capturado a todos. El EPL debe haber recibido el apoyo de tibetanos que no simpatizaban con el levantamiento. Esto sugiere que la resistencia tuvo una base bastante limitada dentro de Tíbet. “Muchos lamas y miembros laicos de la elite y gran parte del ejército tibetano se unieron a la insurrección, pero en general la población no lo hizo, asegurando su fracaso”, escribe Hugo Deane (31). En su libro sobre Tíbet, Ginsburg y Mathos llegan a una conclusión similar. “Los insurgentes tibetanos nunca lograron ganar para sus filas ni siquiera a una fracción importante de la población, ni hablar de una mayoría. En lo que es posible establecer, la mayor parte de la gente común de Lhasa y de las tierras vecinas no se unió al combate contra los chinos, ni al comienzo ni más adelante” (32). En última instancia, la resistencia se derrumbó.
Los comunistas derrocan el feudalismo
Cualesquiera sean las injusticias y nuevas opresiones introducidas por los chinos en Tíbet después de 1959, es un hecho que abolieron la esclavitud y el sistema de servidumbre de trabajo sin pago. Eliminaron los numerosos impuestos abrumadores, comenzaron proyectos de construcción, y redujeron considerablemente el desempleo y la mendicidad. Construyeron los únicos hospitales que existen en el país y establecieron la educación laica, rompiendo así el monopolio educacional de los monasterios. Construyeron sistemas de agua corriente y de electricidad en Lhasa. También pusieron fin a la flagelación, a las mutilaciones y a las amputaciones como forma de castigo criminal (33).
Los chinos también expropiaron las propiedades de la aristocracia rural y reorganizaron a los campesinos en cientos de comunas. Heinrich Harrer escribió un bestseller sobre sus experiencias en Tíbet, que fue convertido en una popular cinta de Hollywood. Más tarde se reveló que Harrer había sido sargento en las SS de Hitler (34). Orgullosamente informa que los Tibetanos que resistieron a los chinos y “que valerosamente defendieron su independencia... eran predominantemente nobles, seminobles y lamas: fueron castigados y obligados a realizar las tareas más bajas, como los trabajos en caminos y puentes. Fueron aún más humillados al verse obligados a limpiar la ciudad antes de la llegada de los turistas”. También tuvieron que vivir en un campo reservado originalmente para mendigos y vagos (35).
En 1961, cientos de miles de hectáreas que solían ser propiedad de los señores y lamas habían sido distribuidas a inquilinos y a campesinos sin tierra. En las áreas de pastoreo, las manadas que eran de propiedad de la nobleza fueron entregadas a colectivos de pastores pobres. Se hicieron mejoras en la cría de ganado, se introdujeron nuevas variedades de vegetales y de trigo y cebada y mejoras en la irrigación, todo lo cual condujo a un aumento de la producción agrícola (36).
Muchos campesinos siguieron siendo tan religiosos como antes, dando limosnas al clero. Pero la gente ya no estaba obligada a pagar tributos o a hacer regalos a los monasterios y a los señores. Los numerosos monjes que habían sido reclutados cuando niños en las órdenes religiosas pudieron renunciar a la vida monástica, y miles lo hicieron, especialmente los más jóvenes. El resto del clero vivió de modestos estipendios gubernamentales, y obtuvo ingresos adicionales oficiando en servicios religiosos, matrimonios y funerales (37).
Las acusaciones hechas por el propio Dalai Lama sobre una esterilización masiva y deportaciones masivas de tibetanos han seguido sin ser justificadas por ninguna evidencia. Tanto el Dalai Lama como su consejero y hermano más joven, Tendzin Choegyal, afirmaron que “más de 1,2 millones de Tibetanos murieron como resultado de la ocupación china” (38). No importa cuán a menudo la repitan, esa cifra es desconcertante. El censo oficial de 1953 –seis años antes de la ofensiva china– registró la población total del Tíbet como 1.274.000. Otros cálculos variaban entre uno y tres millones (39). Otro cálculo del censo estimó la población tibetana étnica dentro del país en unos 2 millones. Si los chinos mataron a 1,2 millones a principios de los años 60, entonces ciudades enteras e inmensas porciones del campo, por cierto casi todo Tíbet, hubieran sido despobladas, transformadas en un campo de la muerte salpicado de cementerios y fosas comunes –de lo cual no se ha visto evidencia alguna.
La fuerza militar china en Tíbet no era suficientemente grande como para reunir, perseguir y exterminar a tanta gente, aunque hubiera pasado su tiempo sin hacer otra cosa. Las autoridades chinas admiten que se han cometido “errores” en el pasado, particularmente durante la Revolución Cultural de 1966-76, cuando la persecución religiosa tuvo su auge tanto en China como en Tíbet. Después de la insurrección a fines de los años 50, miles de tibetanos fueron encarcelados. Durante el Gran Salto Adelante, se impuso al campesinado la colectivización forzosa y el cultivo de granos, algunas veces con efectos desastrosos. A fines de los años 70, China comenzó a suavizar los controles sobre Tíbet “y trató de deshacer parte del daño causado durante las dos décadas anteriores” (40). En 1980, el gobierno chino inició reformas presuntamente orientadas a dar a Tíbet un mayor grado de autogobierno y autoadministración.
Se iba a permitir a los tibetanos que cultivaran parcelas privadas, que vendieran el excedente de su cosecha, que decidieran por sí mismos qué cultivos plantar y que conservaran yaks y ovejas. Se volvió a permitir la comunicación con el mundo exterior y se redujeron los controles fronterizos para permitir a los tibetanos que visitaran a sus parientes en el exilio en India y Nepal (41).
Élites, emigrados, y dinero de la CIA
Para los lamas y señores de la clase alta tibetana, la intervención comunista fue una calamidad. La mayoría huyeron al extranjero, como el propio Dalai Lama, quien recibió ayuda de la CIA para su huída. Algunos descubrieron con horror que tendrían que trabajar para vivir. Las elites feudales que permanecieron en Tíbet y decidieron cooperar con el nuevo régimen se enfrentaron a situaciones difíciles. Por ejemplo, la siguiente:
En 1959, Anna Louise Strong visitó el Instituto Central de Minorías Nacionales en Beijing, que capacitaba a diversas minorías étnicas para el servicio público, o las preparaba para su ingreso a escuelas agrícolas o médicas. De los 900 estudiantes tibetanos que participaban, la mayoría eran siervos y esclavos escapados. Pero unos 100 eran de familias tibetanas privilegiadas, enviados por sus padres para poder conseguir puestos favorables en la nueva administración. La división de clase entre estos dos grupos de estudiantes era absolutamente evidente. Como señaló el director del instituto:
“Los provenientes de familias nobles comienzan por considerarse superiores en todo sentido. Se resisten a tener que acarrear sus propias maletas, a hacer sus propias camas, a cuidar su propia habitación. Eso, piensan, es tarea de esclavos; se ofenden porque esperamos que lo hagan. Algunos nunca lo aceptan y vuelven a casa; otros terminan por aceptarlo. Los siervos primero temen a los otros y no pueden sentarse tranquilos en la misma habitación. En la etapa siguiente tienen menos miedo, pero se sienten separados y no se pueden mezclar. Sólo después de algún tiempo y de considerables discusiones llegan a la etapa en la que se mezclan fácilmente como compañeros de estudio, criticando y ayudándose mutuamente” (42).
La difícil situación de los emigrados obtuvo amplia publicidad en Occidente y considerable apoyo de las agencias de EE. UU. dedicadas a asegurar la seguridad del mundo para la desigualdad económica. Durante los años 60 la comunidad tibetana exiliada se embolsó secretamente 1,7 millones de dólares al año de la CIA, según documentos publicados por el Departamento de Estado en 1998. Una vez publicado este hecho, la propia organización del Dalai Lama publicó una declaración en la que admitió que hubo millones de dólares de la CIA durante los años 60 para enviar escuadrones armados a Tíbet a fin de debilitar la revolución maoísta. La parte anual del Dalai Lama fue de 186.000 dólares, convirtiéndose en un agente a sueldo de la CIA. La inteligencia india también lo financió, así como a otros exiliados tibetanos. Se ha negado a decir si él o sus hermanos trabajaron con la CIA. La agencia también declina todo comentario (44).
Al mismo tiempo que se presentaba como defensor de los derechos humanos, y después de obtener el Premio Nobel de la Paz en 1989, el Dalai Lama continuó asociándose y recibiendo los consejos de emigrados aristocráticos y otros reaccionarios durante su exilio. En 1995, el News & Observer de Raleigh, N. C. publicó en su portada una fotografía en colores del Dalai Lama abrazado por el senador reaccionario republicano Jesse Helms, bajo el titular “Budista cautiva a héroe del derecho religioso” (45). En abril de 1999, junto con Margaret Thatcher, el Papa Juan Pablo II y el primer George Bush, el Dalai Lama apeló al gobierno británico para que liberara a Augusto Pinochet, el ex dictador fascista de Chile y antiguo cliente de la CIA, que había sido detenido mientras visitaba Inglaterra. Urgió que se permitiera que Pinochet volviera a su país en lugar de obligarlo a ir a España, donde un jurista español lo buscaba para ser juzgado por crímenes contra la humanidad.
En la actualidad, sobre todo a través de la “Fundación Nacional a Favor de la Democracia” y otros conductos que suenan más respetables que la CIA, el Congreso de EE. UU. sigue destinando 2 millones de dólares al año a tibetanos en India, y más millones para “actividades democráticas” dentro de la comunidad exiliada tibetana. El Dalai Lama también recibe dinero del financiero George Soros, que ahora maneja la Radio Europa Libre/Radio Libertad, creada por la CIA, y otros institutos (46).
El tema de la cultura
Se nos dice que cuando el Dalai Lama gobernaba el Tíbet, la gente vivía en una simbiosis feliz con sus señores monásticos y feudales, en un orden social sostenido por una cultura profundamente espiritual y no-violenta. La profunda conexión del campesinado con el sistema existente de creencias sagradas les daba supuestamente una estabilidad tranquila, inspirada en enseñanzas religiosas humanas y pacíficas. Esto recuerda la imaginería idealizada de la Europa feudal presentada por los católicos conservadores de nuestros días como G. K. Chesterton y Hilaire Belloc. Para ellos, la cristiandad medieval fue un mundo de campesinos felices que vivían en un profundo vínculo espiritual con su Iglesia, bajo la protección de sus señores (47). De nuevo, se nos invita a aceptar una cultura particular en sus propios términos, lo que equivale a aceptarla tal como es presentada por su clase favorecida, por aquellos que, en la cumbre, se beneficiaron más gracias a ella. La imagen de Shangri-La de Tíbet no tiene más parecido con la realidad histórica que la imagen idealizada de la Europa medieval
Podría decirse que nosotros, habitantes del mundo moderno laico, no podemos comprender las ecuaciones de felicidad y dolor, satisfacción y costumbre, que caracterizan a sociedades más “espirituales” y “tradicionales”. Podría ser así, y podría explicar por qué algunos de nosotros idealizamos tales sociedades. Pero un ojo arrancado es un ojo arrancado, una flagelación es una flagelación, y la atroz explotación de siervos y esclavos sigue siendo una brutal injusticia clasista, no importa cuánto se la embellezca culturalmente. Hay una diferencia entre un lazo espiritual y un pueblo sometido, aún si uno y otro coexisten.
Por cierto, hay mucho en la intervención china que es deplorable. En los años 90, los Han, el mayor grupo étnico que incluye a más de un 95 por ciento de la vasta población china, comenzaron a ir en forma masiva a Tíbet y a varias provincias occidentales (48). Estos reasentamientos han tenido efecto sobre las culturas indígenas de China occidental y de Tíbet. En las calles de Lhasa y Shigatse hay signos fácilmente visibles de la preeminencia china. Los chinos dirigen las fábricas y muchos de los negocios y puestos de venta. Se ha construido edificios elevados de oficinas y grandes centros comerciales con fondos que podrían haber sido mejor invertidos en plantas de tratamiento de agua y viviendas.
Los cuadros chinos en Tíbet adoptaron demasiado a menudo una actitud supremacista hacia la población autóctona. Algunos consideraron que sus vecinos tibetanos eran atrasados y flojos, que necesitaban desarrollo económico y “educación patriótica”. Durante los años 90, empleados del gobierno tibetano a los que se sospechaba de simpatías nacionalistas fueron purgados de sus trabajos y se lanzaron campañas para desacreditar al Dalai Lama. Según se informa, hubo tibetanos que se vieron sometidos a arresto, encarcelamiento y trabajos forzados por tratar de huir del país y por realizar actividades separatistas y participar en “subversión” política. Algunos arrestados fueron mantenidos en detención administrativa sin suministros adecuados de alimentos o agua, ni de frazadas, y objeto de amenazas, palizas y otros maltratos (49).
Las reglas chinas de planificación familiar que permiten un máximo de 3 hijos a las familias tibetanas han sido impuestas irregularmente y varían según el distrito. Si una pareja va más allá del límite, puede denegarse la atención durante el día, la asistencia sanitaria y la educación subvencionadas a los niños que exceden el límite permitido. Al mismo tiempo, se desdeña la historia, la cultura, y la religión tibetanas en las escuelas. Los materiales educativos, aunque están traducidos al tibetano, se concentran en la historia y la cultura chinas (50).
No obstante, el nuevo orden tiene sus partidarios. Un artículo de 1999 en el Washington Post señala que el Dalai Lama sigue siendo venerado en Tíbet, pero... pocos tibetanos saludarían el retorno de los corruptos clanes aristocráticos que huyeron con él en 1959 y que incluyen al grueso de sus asesores. Muchos agricultores tibetanos, por ejemplo, no tienen interés alguno en devolver a los clanes las tierras que obtuvieron gracias a la reforma agraria china. Los antiguos esclavos de Tíbet dicen que ellos tampoco quieren que sus antiguos amos vuelvan al poder.
“Ya he vivido una vez esa vida”, dijo Wangchuk, un antiguo esclavo de 67 años que llevaba puestas sus mejores ropas para su peregrinaje anual a Shigatse, uno de los sitios más sagrados del budismo Tibetano. Dijo que veneraba al Dalai Lama, pero agregó: “Puede ser que no sea libre bajo el comunismo chino, pero me va mejor que cuando era esclavo” (51).
Si se apoya el derrocamiento de la teocracia feudal por los chinos no quiere decir que se aplauda todo lo que tiene que ver con el régimen chino en Tíbet. Este punto no lo comprenden a menudo los actuales adherentes de Shangri-La en Occidente. También vale lo contrario. Denunciar la ocupación china no significa que tengamos que idealizar el antiguo régimen feudal. Una queja común entre los prosélitos budistas en Occidente es que la cultura religiosa de Tíbet está siendo destruida por las autoridades chinas. Parece ser así. Pero lo que ponemos en duda aquí es la supuesta admirable e impecable naturaleza espiritual de esa cultura anterior a la invasión. Podemos defender la libertad religiosa y la independencia de Tíbet sin tener que adherirnos a la mitología del Paraíso Perdido.
Finalmente, hay que subrayar que la crítica que formulamos no es un ataque personal contra el Dalai Lama. Parece ser un individuo bastante honesto, que habla a menudo de paz, amor y no-violencia. En 1994, en una entrevista con Melvyn Goldstein, declaró que desde su juventud ha estado a favor de construir escuelas, “máquinas” y caminos en su país. Afirma que pensó que la “corvée” y ciertos impuestos a los campesinos “fueron extremadamente malos”. Y le disgustaba la manera como se abrumaba a la gente con deudas antiguas, que a veces eran transmitidas de generación en generación (52). Además, dicen que ha establecido un “gobierno en el exilio” con una constitución escrita, una asamblea representativa y otros aspectos democráticos esenciales (53).
Como muchos ex gobernantes, el Dalai Lama suena mucho mejor fuera del poder que cuando lo tenía. Hay que recordar que fue necesaria una ocupación china y casi cuarenta años de exilio para que propusiera la democracia para el Tíbet y criticara la opresiva autocracia feudal de la que él mismo constituía la cúspide. Pero su crítica del antiguo orden llega demasiado tarde para los tibetanos comunes. Muchos de ellos quieren que vuelva a su país, pero parece que relativamente pocos quieren que se vuelva al orden social que representa.
En un libro publicado en 1996, el Dalai Lama profirió una declaración remarcable que debe haber hecho sobresaltar a toda la comunidad del exilio. En parte dice lo siguiente: “De todas las teorías económicas modernas, el sistema económico del marxismo se funda en principios morales, mientras que el capitalismo se preocupa sólo de las ganancias y beneficios. El marxismo se preocupa de la distribución de la riqueza sobre una base igualitaria y de la utilización justa de los medios de producción. También se preocupa de la suerte de las clases trabajadoras –es decir, la mayoría– así como de la suerte de los que son menos favorecidos y necesitados, y el marxismo se preocupa de las víctimas de la explotación impuesta por la minoría. Por esas razones el sistema me es atractivo, y parece ser justo... “El fracaso del régimen en la Unión Soviética, fue para mí no el fracaso del marxismo sino el fracaso del totalitarismo. Por ese motivo me considero como medio marxista, medio budista” (54).
Y más recientemente, en 2001, mientras visitaba California, señaló que “Tíbet, desde el punto de vista material es muy, muy atrasado. Espiritualmente es bastante rico. Pero la espiritualidad no puede llenar nuestros estómagos”. Es un mensaje que deberían escuchar los prosélitos budistas acaudalados y bien alimentados de Occidente a los que no les preocupan para nada las consideraciones materiales cuando idealizan el Tíbet feudal.
Dejando aparte al budismo y al Dalai Lama, lo que he tratado de poner en duda es el mito del Tíbet, la imagen del Paraíso Perdido de un orden social que fue poco más que una teocracia despótica, retrógrada, de servidumbre y pobreza, tan dañina para el espíritu humano, donde unos pocos acumulaban vastas riquezas para vivir a las mil maravillas a costa de la sangre, el sudor y las lágrimas de los muchos. Para la mayoría de los aristócratas Tibetanos en exilio, ése es el mundo al que desean tan fervientemente regresar. El algo muy distinto de Shangri-La.
Notas:
1. Melvyn C. Goldstein, “The Snow Lion and the Dragon: China, Tíbet, and the Dalai Lama” (Berkeley: University of California Press, 1995), 6-16.
2. Mark Juergensmeyer, “Terror in the Mind of God”, (Berkeley: University of California Press, 2000), 113.
3. Kyong-Hwa Seok, "Korean monk gangs battle for temple turf", San Francisco Examiner, December 3, 1998.
4. Gere quoted in "Our Little Secret", Counter Punch, 1-15 November 1997.
5. “Dalai Lama quoted in Donald Lopez Jr., Prisoners of Shangri-La: Tibetan Buddhism
and the West” (Chicago and London: Chicago University Press, 1998), 205.
6. Stuart Gelder and Roma Gelder, “The Timely Rain: Travels in New Tíbet” (New York, Monthly Review Press, 1964), 119.
7. Gelder and Gelder, “The Timely Rain”, 123.
8. Pradyumna P. Karan, “The Changing Face of Tíbet: The Impact of Chinese Communist Ideology on the Landscape” (Lexington, Kentucky, University Press of Kentucky, 1976), 64.
9. Gelder and Gelder, “The Timely Rain”, 62 and 174.
10. “As skeptically noted by Lopez, Prisoners of Shangri-La”, 9.
11. See the testimony of one serf who himself had been hunted down by tibetan soldiers and returned to his master: Anna Louise Strong, “Tibetan Interviews” (Peking: New World Press, 1929), 29-30 90.
12. Melvyn Goldstein, William Siebenschuh, and Tashì-Tsering, “The Struggle for Modern Tíbet: The Autobiography of Tashì-Tsering” (Armonk, N.Y., M. E. Sharpe, 1997).
13. Gelder and Gelder, “The Timely Rain”, 110.
14. Strong, “Tibetan Interviews”, 15, 19-21, 24.
15. Quoted in Strong, “Tibetan Interviews”, 25.
16. Strong, “Tibetan Interviews”, 31.
17. Melvyn C. Goldstein, “A History of Modern Tíbet 1913-1951” (Berkeley, University of California Press, 1989), 5.
18. Gelder and Gelder, “The Timely Rain”, 175-176; and Strong, “Tibetan Interviews”, 25-26.
19. Gelder and Gelder, “The Timely Rain”, 113.
20. A. Tom Grunfeld, “The Making of Modern Tíbet”, rev. ed. (Armonk, N.Y. and London, 1996), 9 and 7-33 for a general discussion of feudal Tíbet; see also Felix Greene, “A Curtain of Ignorance” (Garden City, N.Y.: Doubleday, 1961), 241-249; Goldstein, “A History of Modern Tíbet 1913-1951”, 3-5; and Lopez, “Prisoners of Shangri-La”, passim.
21. Strong, “Tibetan Interviews”, 91-92.
22. Strong, “Tibetan Interviews”, 92-96.
23. Waddell, Landon, and O'Connor are quoted in Gelder and Gelder, “The Timely Rain”, 123-125.
24. Quoted in Gelder and Gelder, “The Timely Rain”, 125.
25. Goldstein, “The Snow Lion and the Dragon”, 52.
26. Goldstein, “The Snow Lion and the Dragon”, 54.
27. Heinrich Harrer, “Return to Tíbet” (New York: Schocken, 1985), 29.
28. Strong, “Tibetan Interview”, 73.
29. See Kenneth Conboy and James Morrison, “The CIA's Secret War in Tíbet” (Lawrence, Kansas, University of Kansas Press, 2002); and William Leary, "Secret Mission to Tíbet", Air & Space, December 1997/January 1998.
30. Leary, "Secret Mission to Tíbet."
31. Hugh Deane, "The Cold War in Tíbet", Covert Action Quarterly (Winter 1987).
32. George Ginsburg and Michael Mathos, “Communist China and Tíbet” (1964), quoted in Deane, "The Cold War in Tíbet."
33. Deane notes that author Bina Roy reached a similar conclusion.
34. See Greene, “A Curtain of Ignorance”, 248 and passim; and Grunfeld, “The Making of Modern Tíbet”, passim.
35. Los Angeles Times, 18 August 1997.
36. Harrer, “Return to Tíbet”, 54.
37. Karan, “The Changing Face of Tíbet”, 36-38, 41, 57-58; London Times, 4 July 1966.
38. Gelder and Gelder, “The Timely Rain”, 29 and 47-48.
39. Tendzin Choegyal, "The Truth about Tíbet," Imprimis (publication of Hillsdale
College, Michigan), April 1999.
40. Karan, “The Changing Face of Tíbet”, 52-53.
41. Elaine Kurtenbach, Associate Press report, San Francisco Chronicle, 12 February 1998.
42. Goldstein, “The Snow Lion and the Dragon”, 47-48.
43. Strong, Tibetan Interviews, 15-16.
44. Jim Mann, "CIA Gave Aid to Tibetan Exiles in '60s, Files Show," Los Angeles Times, 15 September 1998; and NewYork Times, 1 October, 1998.
45. Reuters report, San Francisco Chronicle, 27 January 1997.
46. News & Observer, 6 September 1995, cited in Lopez, Prisoners of Shangri-La, 3. Heather Cottin, "George Soros, Imperial Wizard," CovertAction Quarterly no. 74 (Fall 2002).
47. The Gelders draw this comparison, “The Timely Rain”, 64.
48. The Han have also moved into Xinjiang, a large northwest province about the size of Tíbet, populated by Uighurs; see Peter Hessler, "The Middleman", New Yorker, 14 & 21 October 2002.
49. Report by the International Committee of Lawyers for Tíbet, “A Generation in Peril” (Berkeley Calif.: 2001), passim.
50. International Committee of Lawyers for Tíbet, “A Generation in Peril”, 66-68, 98.
51. John Pomfret, "Tíbet Caught in China's Web", Washington Post, 23 July 1999.
52. Goldstein, “The Snow Lion and the Dragon”, 51.
53. Tendzin Choegyal, "The Truth about Tíbet."
54. The Dalai Lama in Marianne Dresser (ed.), “Beyond Dogma: Dialogues and Discourses” (Berkeley, Calif.: North Atlantic Books, 1996). Quoted in San Francisco Chronicle, 17 May 2001.
Hillary Clinton: The Potential for Life Begins at Conception
14.04.08. La candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, ha defendido hoy ante una audiencia de líderes evangélicos su apoyo al derecho a abortar y ha asegurado que la decisión no se toma sólo por “la vida potencial” de un niño, ya que otras vidas se ven implicadas, incluidas las de los padres. Tema siempre polémico dentro de la política estadounidense, el aborto suscita oposición entre muchos de los líderes evangélicos por razones religiosas. Tanto Clinton como su rival Barack Obama han medido sus fuerzas respecto a este tema en un encuentro televisado en Harrisburg, Pensilvania, patronizado por el centro independiente Faith in Public Life (Fe en la vida pública), en el que se han dado cita activistas religiosos con gran influencia en el ámbito político.
Terror threat to UK 'growing'
"Hay 2.000 individuos bajo vigilancia. Hay 200 redes implicadas en 30 complots activos ". Con estas palabras justificó la ministra británica de Interior la necesidad de incrementar de 28 a 42 días el plazo de detención sin cargos de sospechosos de terrorismo (Público, 14.04.08).
SNAP rally April 13, 2008
SNAP = Survivors Network of those Abused by Priest.
Un grupo de activistas se reunió en la capital estadounidense, el sábado, para protestar contra el presunto abuso sexual por parte de sacerdotes de la Iglesia Católica. La protesta tiene lugar en anticipación a una visita del papa Benedicto XVI a Washington y Nueva York, que muchos católicos esperan los ayude a llamar la atención hacia una serie de problemas, y uno de las relevantes en los últimos años para los católicos estadounidenses ha sido el abuso sexual por parte de religiosos.
Híbridos
"De ovejas y lobos" es el título de una exposición en Berlín de la artista austríaca Deborah Sengl quien, a través de impactantes híbridos de figuras humanas y animales disecados, reflexiona sobre el lado salvaje del hombre, movido por el poder, la codicia y la fama.
La Galería Deschler exhibe hasta el próximo 24 de mayo una serie de fotografías y lienzos, así como dos instalaciones con esculturas de la autora, cuya obra pretende demostrar la doble moral e hipocresía que se esconden a menudo detrás de la fe ciega y la mojigatería. Estrellas del deporte y miembros de la Iglesia son los protagonistas de su obra, en la que, haciendo uso de animales disecados, busca desentrañar los instintos salvajes del hombre.
La artista combina las facciones de los animales, feroces y dóciles, con personajes de la vida real en su quehacer cotidiano: el dentista con su paciente, el cura en el momento del rezo o el cuerpo humano de un sacerdote arrodillado y en posición de oración, cuya cabeza es un híbrido que combina la suave piel del cordero con la cruel mirada de un lobo de desafiantes colmillos (EFE).
Pope expected to apologize in US
Pope Benedict is likely to say sorry over the pedophile priest scandal that rocked the US Catholic Church, say experts. While he may keep his nose out of U.S. election year politics, he'll likely dabble in geopolitics by calling for peace in the Middle East in his address before the United Nations. Fred Katayama reports from New York (Reuters).
Gobierno, Constitución e Iglesia católica
NOTA DE PRENSA DE LA FEDERACIÓN INTERNACIONAL DE ATEOS (FIdA)
14.04.08,
77º Aniversario de la proclamación de la II República Española.
La desidia del Gobierno de España a la hora de hacer cumplir la Constitución se ha vuelto a hacer patente cuando de nuevo el nombramiento de José Luís Rodríguez Zapatero como Presidente del Gobierno se ha realizado ante una mesa con una gran crucifijo en medio y con una Biblia, al margen de que el señor Zapatero haya prometido -y no jurado- ante esos símbolos pertenecientes a una confesión religiosa que para nada debería inmiscuirse en los asuntos relacionados con el funcionamiento de nuestras instituciones democráticas, en cuanto, de acuerdo con el artículo 16.3 de nuestra Constitución, “ninguna confesión tendrá carácter estatal”.
¿Qué pinta un crucifijo o una Biblia en la mesa ante la cual se celebra la promesa de cumplir y hacer cumplir la Constitución Española, cuando la propia Constitución establece de modo implícito la separación del Estado respecto a cualquier religión? Nada en absoluto. Y no sólo no pinta nada, sino que su presencia es inconstitucional, por lo que, si acaso representa algo, es una burla sarcástica de la propia Constitución, ante la cual el presidente promete cumplir y hacerla cumplir en ese su primer acto institucional.
Después de 30 años de democracia, los responsables de hacer que se cumpla la Constitución todavía no se han enterado -o no han querido enterarse- de que su cumplimiento exige que esos símbolos se retiren y queden para el ámbito privado y para la conciencia de cada ciudadano. La situación actual representa un incumplimiento de la Constitución en tanto que la presencia de tales símbolos implica, aunque sólo sea por inercia, una forma de seguir aceptando el sometimiento de la soberanía de nuestro pueblo a la jerarquía de la Iglesia Católica, cuyo símbolo más importante domina el lugar ante el que el candidato mayoritariamente elegido por las Cortes debe realizar la promesa correspondiente para su nombramiento como Presidente del Gobierno. Además, la presencia de tales símbolos es una propaganda gratuita de dicha confesión religiosa para quienes contemplen por cualquier medio visual –televisión o prensa- las imágenes de dicha ceremonia.
Por ello, hay que exigir al Gobierno de España y a las instituciones democráticamente elegidas por la ciudadanía que cumplan precisamente con su promesa de “hacer cumplir la Constitución”, comenzando por eliminar tales símbolos religiosos de las ceremonias en las que se producen sus nombramientos.
Esta misma crítica vale igualmente para los actos judiciales en los que se sigue preguntando al testigo si “jura o promete decir la verdad…”, pues, en cuanto el juramento lleva implícita la referencia a determinadas creencias religiosas, la fórmula judicial correspondiente es inconstitucional, y resulta asombroso que los encargados de juzgar si las leyes se cumplen o no incluyan esta fórmula -o acepten su inclusión- en los mismos actos en los que se juzga acerca de los posibles incumplimientos de la Ley, infringiendo sistemáticamente así el artículo 16.2 de la Constitución Española, en el que se dice que “nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias”.
Pues es evidente que, desde el momento en que se le exige al testigo que “jure o prometa”, se le está obligando a declarar si tiene o no creencias religiosas, en cuanto jure o en cuanto simplemente prometa. En consecuencia, de nuevo en este caso habría que exigir el cambio de esta fórmula judicial eliminando toda referencia al juramento –de carácter religioso- para dejar exclusivamente la referencia a la promesa –de carácter personal y ligada al propio honor y dignidad como ciudadano-.
Y lo mismo sucede en otra clase de actos, como son los relacionados con la monarquía, actos como bodas, bautizos y otras ceremonias en los que aparece de un modo especialmente visible la relación entre dicha monarquía y la Iglesia católica, pareciendo olvidar en estos casos que los monarcas han dejado de serlo por la gracia de cualquier supuesto dios para serlo porque nuestro pueblo soberano aprobó en referendo nuestra Constitución y, con ella, de regalo, la institución de la monarquía parlamentaria –al menos por ahora y hasta que el pueblo español la siga legitimando-.
14.4.08
13.4.08
Brussels Scientology HQ closed
La Fiscalía federal y un juez de instrucción de Bruselas están investigando a la Iglesia de la Cienciología por supuestas irregularidades en la contratación del personal vinculado a su sede en Bélgica denunciadas por la Oficina regional de Empleo.
El edificio que la Iglesia ocupa en la capital belga fue objeto de sendos registros el pasado jueves y viernes, en los que la policía se incautó de ordenadores y un gran volumen de documentos. La investigación pretende dilucidar si la citada iglesia ha incurrido en delitos de estafa y falsedad en documento público en la contratación de varios empleados, aunque el juez instructor no ha dictado de momento ninguna orden de arresto ni ha emitido acusaciones, informa 'La Libre Belgique'.
El diario explica que varias personas han denunciado haber sido engañadas tras acudir a la iglesia en respuesta a la publicación de una serie de anuncios de puestos vacantes para personal administrativo, que después han resultado ser 'acuerdos de colaboración' que no dan derecho a ningún tipo de remuneración.
No es la primera investigación que se sigue en el país contra esta Iglesia. El pasado septiembre la Fiscalía federal acusó a 12 personas y dos entidades vinculadas a ella de varios presuntos delitos, incluida la extorsión, estafa y ejercicio ilegal de la medicina.
La Iglesia de la Cienciología, que en Bélgica es oficialmente considerada una secta, fue fundada en 1954 por el estadounidense Lafayette Ronald Hubbard como una 'filosofía religiosa aplicada' para 'hacer al hombre más feliz a través de la comprensión de sí mismo como ser espiritual'.
April 12, 2008. Turks Protest Islamist AKP in Ankara
The "National Independence Meeting" was held at Tandogan Square in Ankara, Turkey, on April 12, 2008. This rally is also prompted by Islamic AKP government's insistence on ignoring secular principles of the country and slowly imposing a public life largely dominated by a fundamentalist interpretation of Islam.
La diferencia entre magos y exorcistas
Magos, santeras, supersticiones... son las prácticas elegidas para dar sentido a la vida cuando la fe se apaga. Pero acudir a la magia tiene muchos riesgos. El padre Gabriele Amorth, exorcista de la diócesis de Roma, nos explica la diferencia entre un mago y un exorcista: "La diferencia está en que un mago actúa con la ayuda de Satanás y en la fuerza del poder que le da Satanás, y el exorcista actúa en el nombre de Jesús con la fuerza que le viene de Jesús".
María pisa la serpiente
El padre Gabriele Amorth, exorcista de la diócesis de Roma desde hace 21 años, sacerdote de la Congregación de san Pablo, experto en la figura de María, asegura que el demonio tiene terror a la Madre de Jesucristo porque Ella le aplasta la cabeza.
¿Quién es ése llamado Satanás?
El famoso exorcista de la Diócesis de Roma, Gabriele Amorth, comparte en un miniserie semanal, emitida en ocho idiomas por canales católicos de televisión y en internet, sus más de 21 años de conocimientos sobre esta práctica religiosa, con consejos sobre la manera de combatir al Demonio en el día a día, según informa la agencia católica Zenit.
En la primera de las tres entregas 'colgadas ' hasta el momento, en el portal, el sacerdote responde a la pregunta inicial sobre la existencia del Demonio.
Amorth cuenta que muchos obispos "no creen" en la figura de Satanás, algo que el exorcista censura citando unas palabras de Juan Pablo II: "Quien no cree en el diablo, no cree en el Evangelio". Según Amorth, a Satanás "le gusta" la forma con la que la tradición tiende a representarlo, con pezuñas, alas, cuerno y rabo, porque "al ridiculizarlo, favorece que no se crea en su existencia".
En este sentido, el padre indica que el Maligno adopta formas distintas en función del efecto que quiera provocar. Una gama de disfraces en la que, atendiendo a la explicación de Amorth, también pueden entrar la Virgen y Jesucristo.
Asimismo, en el segundo capítulo, el padre Amorth relata, en general, cómo es uno de sus exorcismos: "Voy a una iglesia del centro de Roma, una parroquia que durante el día está cerrada. Hay una misa por la mañana, luego la cierran y allí hago los exorcismos fuertes. Tengo siete, diez personas que me ayudan y pongo una pequeña cama. A veces tenemos que atar a las personas o simplemente las sujetamos".
Para Amorth, no es lo mismo un "problema psiquiátrico" que un "mal maléfico". Así, a su modo de ver, se torna "necesario" que en cada diócesis haya por lo menos un experto en exorcismo, "para derivar los casos". Como experto en la figura de María, el padre revela que Satanás le tiene "terror" a la Virgen. Para ello, el sacerdote recuerda la anécdota de un exorcista amigo suyo que le preguntó al diablo que era lo que más le 'molestaba' de la madre de Cristo. Al parecer el demonio respondió: "Es la más obediente de las criaturas y yo soy el más rebelde, ella no ha cometido nunca el más mínimo pecado, por eso me vence siempre".
(Europa Press, 12.04.08)
Rodríguez Zapatero promete ante el Rey el cargo de presidente del Gobierno
José Luis Rodríguez Zapatero ha prometido hoy ante el Rey el cargo de presidente del Gobierno en una breve ceremonia celebrada en el Palacio de la Zarzuela con la que inicia su segunda legislatura como jefe del Ejecutivo. Con la mano sobre la Constitución, y junto a la Biblia y a un crucifijo, Rodríguez Zapatero ha elegido la fórmula de la promesa, frente al juramento, para expresar su fidelidad al cargo.