Diego Tolomelli, un artista de 33 años, fabrica vidrieras eróticas que nada tienen que ver con los viacrucis, las vírgenes o los santos mártires. Sus vidrieras muestran efebos, escenas eróticas y penes erectos. Para Diego, es necesario acabar con la imagen de la vidriera como soporte. "No son un patrimonio de la iglesia. Se les ha dado esa imagen de soporte religioso únicamente porque los cristianos han sido los principales mecenas de los artistas del vidrio coloreado". "Sobre el papel -dice- yo soy católico. Pero sólo porque no he hecho el esfuerzo de escribir una carta exigiendo que se me suprima de la lista de sus miembros". Más en Agnès Giard, Les 400 Culs (Libération, 04.08.08).
A Major Discussion of the Virgin Birth of Jesus!
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