De nuevo exigimos a la curia católica nuestra pública excomunión
Comité Ejecutivo de la Federación Internacional de Ateos (FIdA)
19.11.08
El pasado lunes, 17.11.08, los socios de la Federación de Ateos enviaron a Antonio Cañizares, obispo de Toledo, el texto que se reproduce a continuación, junto con una caja de “Cojones del Anticristo” –galletitas de avellana que se elaboran en Cantabria- y el ya bien conocido “Manifiesto por la Excomunión”. ¿Responderá esta vez la curia?
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Comité Ejecutivo de la Federación Internacional de Ateos (FIdA)
19.11.08
El pasado lunes, 17.11.08, los socios de la Federación de Ateos enviaron a Antonio Cañizares, obispo de Toledo, el texto que se reproduce a continuación, junto con una caja de “Cojones del Anticristo” –galletitas de avellana que se elaboran en Cantabria- y el ya bien conocido “Manifiesto por la Excomunión”. ¿Responderá esta vez la curia?
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15 de noviembre de 2008.
Festividad de san Alberto Magno, Eugenio, Leopoldo y Luperio, entre otros.
Al Excelentísimo y Reverendísimo señor don Antonio Cañizares Llovera, Obispo y Cardenal de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, y, además, Primado de las Españas.
Enterados de su inminente marcha de la Ciudad Imperial para ir a instalarse a la Ciudad Eterna, no hemos querido desaprovechar la oportunidad de despedirnos de su Eminencia Reverendísima, y de felicitarle por el motivo de su traslado, que no es otro que el del nombramiento con que le ha honrado el Decimosexto Benito, Papa de Roma, como presidente del “Dicasterio de Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos”. Imaginamos la alegría que le habrá producido el nombramiento para semejante canonjía in partibus fidelium, habida cuenta de que, como se ha dicho, multi autem sunt vocati pauci vero electi (Mt, 22, 14). Bien sabemos que su natural humildad y exquisito tacto le impiden dar impropios saltitos de gozo, y por ello excusamos sus últimas declaraciones al respecto (“A día de hoy, lo que puedo decir es que el Papa no me ha comunicado ningún nombramiento y yo, consiguientemente, no he aceptado ningún nombramiento. Esa es la verdad”, 14.11.08), que destilan no solo fidelidad al Santo Padre y dominio firme de la gramática, sino, sobre todo, perfectísima adaptación a las reglas de la vaticana diplomacia. Es Vd. un maestro, señor Cardenal.
No obstante, suponemos a Vuestra Ilustrísima sabedor de que, en los cenáculos de la Conferencia Episcopal Española, circulan hablillas y comadreos sobre los motivos de tan gozosa nueva. Y es que reprender el vicio del chismorreo debería haber sido el undécimo mandamiento de las tablas de la ley de su dios. Pensándolo bien, no obstante, hay que reconocer que un decálogo siempre es más fácil de retener y reviste una mayor galanura, aunque solo sea por su condición de número redondo, y no primo. Nihil novum sub sole (Ec., 1, 9). Otra manifestación más de sabiduría en cuanto a marketing ad litteram.
Pues bien, como decíamos, las lenguas, bífidas o no, afiladas o romas, pero siempre viperinas, se ejercitan a destajo sobre los motivos de este nombramiento. Las más compasivas apuntan al deseo del Sumo Pontífice de tenerlo a su vera, en razón de su sintonía ideológica y doctrinaria. Otros apuntan a sus discrepancias con ese otro Príncipe de la Iglesia que es su Eminencia Reverendísima don Antonio María Rouco Varela, sobre la estrategia a seguir con respecto a la cadena de radio que acaudillan, y aquí las opiniones se bifurcan, ya que, mientras unos sostienen que el nombramiento sería a iniciativa de su E. R. para quitárselo de encima, otros alimentan la tesis de que fue Vd. mismo quien ha querido poner tierra de por medio al no querer plegarse a sus preceptos y pautas de conducta. Otros más apuntan a la posibilidad de que el Vaticano quiera con este gesto cerrar simbólicamente la etapa de confrontación con el Gobierno del PSOE. Persequentur vos in civitate ista, fugite in aliam (Mt., 10-23). En cualesquiera de los casos, Rouco descansa, el PSOE respira y V. I. asciende. Roma locuta, causa finita.
Todos estos intereses y todas estas pendencias, permita que se lo apuntemos, se asemejan más a querellas partidistas que a asuntos evangélicos, pero de todos es sabido que, sin política ni dinero, el mensaje cristiano hace siglos que se hubiera perdido, como tantos otros, en la noche oscura de los tiempos, y ese dios uno y trino al que alaba hubiera muerto, como así ha pasado con tantos otros, más o menos raros, que la humanidad ha creado a lo largo de la historia. De hecho, a buen seguro echará de menos a su amiga la Vicepresidenta del Gobierno, doña María Teresa Fernández de la Vega, ya que, gracias a ella, se consiguió un leonino acuerdo financiero en virtud del cual la Iglesia Católica, Apostólica y Romana de las Españas recibe del Estado por diversos conceptos más de cinco mil quinientos millones de euros al año, lo que la convierte en la más subvencionada del mundo. Indocti discant, et ament meminisse periti. En ningún otro país la ICAR logra semejante tajada, por lo que en verdad creemos justo y necesario su ascenso y, por ende, su alejamiento.
Vuestra Ilustrísima dijo en cierta ocasión: “Ser cardenal entraña vivir con el Papa, siervo de los siervos, en una vida de servicio y entrega plena, gastarse y desgastarse por los duros trabajos del Evangelio, perder la vida para que el mundo crea”. Ahora lo va a poder hacer. Nos referimos, claro, a vivir con el Papa Ratzinger, al convertirse en el hombre de España en el corazón de la catolicidad. O, quam bonum et quam iucundum habitare fratres in unum! (Sal., 132, 1). Allí podrá exhibir, su dios lo quiera y con orgullo, la célebre y magna capa en todo su esplendor, a salvo de las críticas recibidas en este país de ingratos y tan poco receptivo al ornato de los Príncipes de la Iglesia. Coram populo. Allí podrá entrar en las quinielas de los futuros papables. Quién sabe si, después de los Borgia, podemos tener a otro valenciano, medio milenio después, sentado en la Silla apostólica de Pedro. Aunque esperamos que dejando un mejor recuerdo y ejemplo a las generaciones futuras.
Hablando de su tierra, no queremos dejar pasar la oportunidad de rogarle encarecidamente que comunique al Decimosexto Benito, Papa de Roma, la clara insubordinación en que incurrió el Arzobispo de Valencia. Seguramente sabrá que su Eminencia Reverendísima, D. Agustín García-Gasco, se ha negado a acatar varios preceptos del Código Canónico al impedir por vía de los hechos y de los recursos judiciales la apostasía de varios católicos que lo solicitaron. Damos por sentado que su relación de amistad no se interpondrá en el deber de cumplir y hacer cumplir las normas a las que ha entregado su vida, y que bien conoce las directrices aprobadas en su día por el Sumo Pontífice. Le recordamos que se trata del Protocolo nº 10279/2006, que aconseja a las autoridades eclesiásticas competentes la anotación explícita, en el libro de bautizados, de que ha tenido lugar el actus formalis defectionis. Don Agustín prefirió abrir un recurso jurídico para evitar hacerlo, y he aquí que ahora se han empantanado, por la intrusión de la jurisprudencia civil, todos los procesos abiertos. Un follón que seguramente llegará pronto al Constitucional. Confiamos en su saber hacer y en su legendario sentido de la justicia para que el Cardenal García-Gasco sea reprendido por el Pontífice, a causa de su obcecada desobediencia.
También aprovechamos la ocasión para agradecerle que, al ser preguntado hace ahora un año por la celebración del I Concilio Ateo organizado por nosotros en su ciudad, mostrara “respeto a toda libertad religiosa y de conciencia”, algo sin precedentes en la historia –y en la histeria- católica. Respecto a la decisión del Ayuntamiento mal llamado “socialista” de no ceder ninguna instalación municipal para dicha blasfemia colectiva, Vuestra Ilustrísima sostuvo con democrática firmeza que el Ayuntamiento de su ciudad es autónomo y puede tomar las decisiones que estime oportunas. Nos permitimos poner esto último en cuarentena, ya que el 70 % del suelo habitable de la ciudad vieja de Toledo es propiedad de la Iglesia Católica, y allí no se mueve nadie sin consultarle a su Eminencia Reverendísima. Pero esto, sin duda, apenas sirve de argumento en contra. De nuevo, nuestro humilde agradecimiento. Ad memoriam rei perpetuam. Y seguimos.
Encumbrado pues a tan altas empresas, le recordamos que sic transit gloria mundi, y nos atrevemos a sugerirle, como asegura nuestro amigo Richard Dawkins (ese ateo neodarwinista) que “dios probablemente no existe”, así que deje de preocuparse, y carpe diem en ese nuevo destino. Ya sospechamos que no atenderá a nuestra recomendación, o que la tomará cum grano salis. Pero la hacemos de buena fe, no lo dude. Y, además, utilizando sus propias declaraciones del 14 de noviembre, “las informaciones han de basarse en la verdad de los hechos, y no en hipótesis”. Valga el dicho para todo caso. De omni re scibili et quibusdam aliis.
Y, dado que quizá no vuelvan a cruzarse nuestras espadas en los tiempos venideros, en prueba de buena voluntad le hacemos llegar un modesto presente que –presumimos- sabrá apreciar en lo que vale. Como Vd. conoce, dado que es doctor en Teología y que ha consagrado su vida a la docencia de esta tan pintoresca disciplina, el Beato de Liébana, en las disputas que mantuvo sobre si Jesús era hijo legítimo de dios con el adopcionista Elipando, antecesor suyo en el Arzobispado de Toledo, llegó a insultar al citado acusándole de ser “el cojón del Anticristo”. Andando el tiempo, en la sin par región de Liébana los reposteros aprovecharon el lance para elaborar unas pastitas de avellana, al poco conocidas en todo el orbe como “Los cojones del Anticristo”. Son deliciosos. Procure que no se los birle el Sr. Canciller. Y, además, están precintados, no tema Vd. intenciones malsanas por nuestra parte.
Justo debajo de los cojones -no le será difícil de localizar-, podrá encontrar nuestro puñetero “Manifiesto por la Excomunión”, el Actus formalis defectionis ab Ecclesia catholica. Esperamos que por fin se decidan a aplicar sus propias normas, concretamente las del Código de Derecho Canónico promulgado por Juan Pablo II y dado en Roma el 25 de Enero de 1983, donde en el Canon 1364 § 1 se afirma que “El apóstata de la fe, el hereje o el cismático incurren en excomunión latae sententiae”. Y también, en la misma parte y título, el Canon 1369, donde se sostiene que “quien, en un espectáculo o reunión públicos, en un escrito divulgado, o de cualquier otro modo por los medios de comunicación social, profiere una blasfemia, atenta gravemente contra las buenas costumbres, injuria la religión o la Iglesia o suscita odio o desprecio contra ellas debe ser castigado con una pena justa”. Que el artículo 1373 explicita que “quien suscita públicamente la aversión o el odio de los súbditos contra la Sede Apostólica o el Ordinario, con el motivo de algún acto de potestad o de ministerio eclesiástico, o induce a los súbditos a desobedecerlos, debe ser castigado con entredicho o con otras penas justas”. Y que el artículo 1374, siendo extremadamente claro en su redacción, sentencia que “quien se inscribe en una asociación que maquina contra la Iglesia debe ser castigado con una pena justa”, y que “quien promueve o dirige esa asociación, ha de ser castigado con entredicho”.
¿A qué espera entonces su Eminencia para aplicarnos lo que para Vds. es máxima pena y para nosotros motivo de contento? ¿Acaso aguarda a que contraigamos más méritos o a que nos cansemos? En cualquier caso, le informamos que continuaremos haciéndonos dignos acreedores de esta “pena justa”. Y que, donde abunda el pecado, sobreabunda la gracia… Do ut des. O, dicho de otro modo, le rogamos que no nos fuerce a moderar nuestro amable trato y lenguaje para lograr el castigo, puesto que, al fin y al cabo, abominamos tanto del exabrupto maleducado como del corrupto y parásito clero. En otras palabras: mándenos al infierno. Y hágalo rápido y bien. Es lo único que le pedimos.
Por último, le rogamos que tenga cuidado, no le ocurra como le pasó a otro gran dignatario que también abandonará sus altas responsabilidades en los próximos días, el Sr. Jorge Walker Bush, y no se atragante con una de estas galletitas.
Tanta paz encuentre como alegría deja.
Con nuestros respetos.
Festividad de san Alberto Magno, Eugenio, Leopoldo y Luperio, entre otros.
Al Excelentísimo y Reverendísimo señor don Antonio Cañizares Llovera, Obispo y Cardenal de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, y, además, Primado de las Españas.
Enterados de su inminente marcha de la Ciudad Imperial para ir a instalarse a la Ciudad Eterna, no hemos querido desaprovechar la oportunidad de despedirnos de su Eminencia Reverendísima, y de felicitarle por el motivo de su traslado, que no es otro que el del nombramiento con que le ha honrado el Decimosexto Benito, Papa de Roma, como presidente del “Dicasterio de Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos”. Imaginamos la alegría que le habrá producido el nombramiento para semejante canonjía in partibus fidelium, habida cuenta de que, como se ha dicho, multi autem sunt vocati pauci vero electi (Mt, 22, 14). Bien sabemos que su natural humildad y exquisito tacto le impiden dar impropios saltitos de gozo, y por ello excusamos sus últimas declaraciones al respecto (“A día de hoy, lo que puedo decir es que el Papa no me ha comunicado ningún nombramiento y yo, consiguientemente, no he aceptado ningún nombramiento. Esa es la verdad”, 14.11.08), que destilan no solo fidelidad al Santo Padre y dominio firme de la gramática, sino, sobre todo, perfectísima adaptación a las reglas de la vaticana diplomacia. Es Vd. un maestro, señor Cardenal.
No obstante, suponemos a Vuestra Ilustrísima sabedor de que, en los cenáculos de la Conferencia Episcopal Española, circulan hablillas y comadreos sobre los motivos de tan gozosa nueva. Y es que reprender el vicio del chismorreo debería haber sido el undécimo mandamiento de las tablas de la ley de su dios. Pensándolo bien, no obstante, hay que reconocer que un decálogo siempre es más fácil de retener y reviste una mayor galanura, aunque solo sea por su condición de número redondo, y no primo. Nihil novum sub sole (Ec., 1, 9). Otra manifestación más de sabiduría en cuanto a marketing ad litteram.
Pues bien, como decíamos, las lenguas, bífidas o no, afiladas o romas, pero siempre viperinas, se ejercitan a destajo sobre los motivos de este nombramiento. Las más compasivas apuntan al deseo del Sumo Pontífice de tenerlo a su vera, en razón de su sintonía ideológica y doctrinaria. Otros apuntan a sus discrepancias con ese otro Príncipe de la Iglesia que es su Eminencia Reverendísima don Antonio María Rouco Varela, sobre la estrategia a seguir con respecto a la cadena de radio que acaudillan, y aquí las opiniones se bifurcan, ya que, mientras unos sostienen que el nombramiento sería a iniciativa de su E. R. para quitárselo de encima, otros alimentan la tesis de que fue Vd. mismo quien ha querido poner tierra de por medio al no querer plegarse a sus preceptos y pautas de conducta. Otros más apuntan a la posibilidad de que el Vaticano quiera con este gesto cerrar simbólicamente la etapa de confrontación con el Gobierno del PSOE. Persequentur vos in civitate ista, fugite in aliam (Mt., 10-23). En cualesquiera de los casos, Rouco descansa, el PSOE respira y V. I. asciende. Roma locuta, causa finita.
Todos estos intereses y todas estas pendencias, permita que se lo apuntemos, se asemejan más a querellas partidistas que a asuntos evangélicos, pero de todos es sabido que, sin política ni dinero, el mensaje cristiano hace siglos que se hubiera perdido, como tantos otros, en la noche oscura de los tiempos, y ese dios uno y trino al que alaba hubiera muerto, como así ha pasado con tantos otros, más o menos raros, que la humanidad ha creado a lo largo de la historia. De hecho, a buen seguro echará de menos a su amiga la Vicepresidenta del Gobierno, doña María Teresa Fernández de la Vega, ya que, gracias a ella, se consiguió un leonino acuerdo financiero en virtud del cual la Iglesia Católica, Apostólica y Romana de las Españas recibe del Estado por diversos conceptos más de cinco mil quinientos millones de euros al año, lo que la convierte en la más subvencionada del mundo. Indocti discant, et ament meminisse periti. En ningún otro país la ICAR logra semejante tajada, por lo que en verdad creemos justo y necesario su ascenso y, por ende, su alejamiento.
Vuestra Ilustrísima dijo en cierta ocasión: “Ser cardenal entraña vivir con el Papa, siervo de los siervos, en una vida de servicio y entrega plena, gastarse y desgastarse por los duros trabajos del Evangelio, perder la vida para que el mundo crea”. Ahora lo va a poder hacer. Nos referimos, claro, a vivir con el Papa Ratzinger, al convertirse en el hombre de España en el corazón de la catolicidad. O, quam bonum et quam iucundum habitare fratres in unum! (Sal., 132, 1). Allí podrá exhibir, su dios lo quiera y con orgullo, la célebre y magna capa en todo su esplendor, a salvo de las críticas recibidas en este país de ingratos y tan poco receptivo al ornato de los Príncipes de la Iglesia. Coram populo. Allí podrá entrar en las quinielas de los futuros papables. Quién sabe si, después de los Borgia, podemos tener a otro valenciano, medio milenio después, sentado en la Silla apostólica de Pedro. Aunque esperamos que dejando un mejor recuerdo y ejemplo a las generaciones futuras.
Hablando de su tierra, no queremos dejar pasar la oportunidad de rogarle encarecidamente que comunique al Decimosexto Benito, Papa de Roma, la clara insubordinación en que incurrió el Arzobispo de Valencia. Seguramente sabrá que su Eminencia Reverendísima, D. Agustín García-Gasco, se ha negado a acatar varios preceptos del Código Canónico al impedir por vía de los hechos y de los recursos judiciales la apostasía de varios católicos que lo solicitaron. Damos por sentado que su relación de amistad no se interpondrá en el deber de cumplir y hacer cumplir las normas a las que ha entregado su vida, y que bien conoce las directrices aprobadas en su día por el Sumo Pontífice. Le recordamos que se trata del Protocolo nº 10279/2006, que aconseja a las autoridades eclesiásticas competentes la anotación explícita, en el libro de bautizados, de que ha tenido lugar el actus formalis defectionis. Don Agustín prefirió abrir un recurso jurídico para evitar hacerlo, y he aquí que ahora se han empantanado, por la intrusión de la jurisprudencia civil, todos los procesos abiertos. Un follón que seguramente llegará pronto al Constitucional. Confiamos en su saber hacer y en su legendario sentido de la justicia para que el Cardenal García-Gasco sea reprendido por el Pontífice, a causa de su obcecada desobediencia.
También aprovechamos la ocasión para agradecerle que, al ser preguntado hace ahora un año por la celebración del I Concilio Ateo organizado por nosotros en su ciudad, mostrara “respeto a toda libertad religiosa y de conciencia”, algo sin precedentes en la historia –y en la histeria- católica. Respecto a la decisión del Ayuntamiento mal llamado “socialista” de no ceder ninguna instalación municipal para dicha blasfemia colectiva, Vuestra Ilustrísima sostuvo con democrática firmeza que el Ayuntamiento de su ciudad es autónomo y puede tomar las decisiones que estime oportunas. Nos permitimos poner esto último en cuarentena, ya que el 70 % del suelo habitable de la ciudad vieja de Toledo es propiedad de la Iglesia Católica, y allí no se mueve nadie sin consultarle a su Eminencia Reverendísima. Pero esto, sin duda, apenas sirve de argumento en contra. De nuevo, nuestro humilde agradecimiento. Ad memoriam rei perpetuam. Y seguimos.
Encumbrado pues a tan altas empresas, le recordamos que sic transit gloria mundi, y nos atrevemos a sugerirle, como asegura nuestro amigo Richard Dawkins (ese ateo neodarwinista) que “dios probablemente no existe”, así que deje de preocuparse, y carpe diem en ese nuevo destino. Ya sospechamos que no atenderá a nuestra recomendación, o que la tomará cum grano salis. Pero la hacemos de buena fe, no lo dude. Y, además, utilizando sus propias declaraciones del 14 de noviembre, “las informaciones han de basarse en la verdad de los hechos, y no en hipótesis”. Valga el dicho para todo caso. De omni re scibili et quibusdam aliis.
Y, dado que quizá no vuelvan a cruzarse nuestras espadas en los tiempos venideros, en prueba de buena voluntad le hacemos llegar un modesto presente que –presumimos- sabrá apreciar en lo que vale. Como Vd. conoce, dado que es doctor en Teología y que ha consagrado su vida a la docencia de esta tan pintoresca disciplina, el Beato de Liébana, en las disputas que mantuvo sobre si Jesús era hijo legítimo de dios con el adopcionista Elipando, antecesor suyo en el Arzobispado de Toledo, llegó a insultar al citado acusándole de ser “el cojón del Anticristo”. Andando el tiempo, en la sin par región de Liébana los reposteros aprovecharon el lance para elaborar unas pastitas de avellana, al poco conocidas en todo el orbe como “Los cojones del Anticristo”. Son deliciosos. Procure que no se los birle el Sr. Canciller. Y, además, están precintados, no tema Vd. intenciones malsanas por nuestra parte.
Justo debajo de los cojones -no le será difícil de localizar-, podrá encontrar nuestro puñetero “Manifiesto por la Excomunión”, el Actus formalis defectionis ab Ecclesia catholica. Esperamos que por fin se decidan a aplicar sus propias normas, concretamente las del Código de Derecho Canónico promulgado por Juan Pablo II y dado en Roma el 25 de Enero de 1983, donde en el Canon 1364 § 1 se afirma que “El apóstata de la fe, el hereje o el cismático incurren en excomunión latae sententiae”. Y también, en la misma parte y título, el Canon 1369, donde se sostiene que “quien, en un espectáculo o reunión públicos, en un escrito divulgado, o de cualquier otro modo por los medios de comunicación social, profiere una blasfemia, atenta gravemente contra las buenas costumbres, injuria la religión o la Iglesia o suscita odio o desprecio contra ellas debe ser castigado con una pena justa”. Que el artículo 1373 explicita que “quien suscita públicamente la aversión o el odio de los súbditos contra la Sede Apostólica o el Ordinario, con el motivo de algún acto de potestad o de ministerio eclesiástico, o induce a los súbditos a desobedecerlos, debe ser castigado con entredicho o con otras penas justas”. Y que el artículo 1374, siendo extremadamente claro en su redacción, sentencia que “quien se inscribe en una asociación que maquina contra la Iglesia debe ser castigado con una pena justa”, y que “quien promueve o dirige esa asociación, ha de ser castigado con entredicho”.
¿A qué espera entonces su Eminencia para aplicarnos lo que para Vds. es máxima pena y para nosotros motivo de contento? ¿Acaso aguarda a que contraigamos más méritos o a que nos cansemos? En cualquier caso, le informamos que continuaremos haciéndonos dignos acreedores de esta “pena justa”. Y que, donde abunda el pecado, sobreabunda la gracia… Do ut des. O, dicho de otro modo, le rogamos que no nos fuerce a moderar nuestro amable trato y lenguaje para lograr el castigo, puesto que, al fin y al cabo, abominamos tanto del exabrupto maleducado como del corrupto y parásito clero. En otras palabras: mándenos al infierno. Y hágalo rápido y bien. Es lo único que le pedimos.
Por último, le rogamos que tenga cuidado, no le ocurra como le pasó a otro gran dignatario que también abandonará sus altas responsabilidades en los próximos días, el Sr. Jorge Walker Bush, y no se atragante con una de estas galletitas.
Tanta paz encuentre como alegría deja.
Con nuestros respetos.
jajajaja los cojones del anticristo... JUASSS¡¡
ResponderEliminarTiene toda la gracia el nombrecito.
Respecto al tema, ¿Lo que queréis es que se entere todo el planeta de vuestra apostasía no?
Besos.
Uff... no había leído la carta en cuestión, pensando que era el Manuscrito, que ya lo leí hace unos días.
ResponderEliminarMe he quedado impresionada con lo bien escrita que está y con la fuerza que lo transmites.
Lo demás, ya imaginarás lo que opino: que no os empecinéis en esa probabilidad de la que habla vuestro científico loco hasta el final de los finales. No vaya a ser que os pase lo que a Voltaire.
Un abrazo.
Todo un lujo esto de tener visitantes tan guerreras y cautivadoras y tan aferradas a su fe. Respondo: no, no se trata de que "se entere todo el planeta", sino de forzar al clero a posicionarse. La estrategia del Manifiesto se explicó en la "nota preliminar" publicada aquí mismo (http://ateosis.blogspot.com/2007/11/manifiesto-por-la-excomunin.html) hace ahora un año, y que pego ahí abajo.
ResponderEliminarLo de Voltaire es discutible. Pero, sin renunciar a sus planteamientos siempre críticos y encantadores, la putada que le hizo al pobre Meslier, manipulando su "Testamento", dice mucho de su honestidad.
¿El "científico loco" es Dawkins? Uf... ¿Acaso has leído algo de él, o visto algún documental?
Gracias por los halagos. Dejo aquí la nota al Manifiesto:
"Fieles a nuestra vocación de guerrilla cultural y a nuestro compromiso con las libertades, los miembros de la Federación Internacional de Ateos (FIdA) queremos iniciar con esta acción un movimiento de protesta y de abandono de las estructuras formales de la Iglesia Católica. Nunca hasta ahora un colectivo había exigido de ésta una declaración pública de condena y excomunión. Las iniciativas de solicitud de apostasía, colectiva o individual, forman parte ya de una oleada creciente que se va extendiendo de modo progresivo por el antiguo orbe católico. Sin embargo, y a pesar de las recientes sentencias judiciales, el proceso de apostasía se ve obstaculizado frecuentemente por los responsables de muchas diócesis, obligando a los solicitantes a un complejo mecanismo legal.
Considerando la necesidad de un nuevo frente, hemos decidido utilizar el propio sistema jurídico de la Secta como instrumento de denuncia. Las afirmaciones que siguen a continuación, y la evidencia de lo que a ojos del alto clero constituye una “falta muy grave”, harán obligatoria, pensamos, una respuesta por su parte.
La emisión de este Manifiesto no implica, como algunos creerán entender, que nos limitemos simplemente a una metodología anticristiana, dejando de lado a otros tipos de fundamentalismo religioso. Por el contrario. Pero cuando se aborda una estrategia de comunicación confluyen diversos factores de oportunidad que deben ser tenidos en cuenta.
Adoptamos aquí como herramienta la reclamación de una “pena justa”, transformando así la condena en privilegio. Utilizada históricamente por la Iglesia católica como una terrible amenaza –no tanto por sus desventajas escatológicas como por el daño social que implicaba-, la pena de excomunión constituye, aún hoy, el castigo máximo aplicado por la Secta. Desvirtuamos, de este modo, sus fantasías, y neutralizamos así el poder mítico e imaginario de sus anatemas.
Las inculpaciones que aquí realizamos no se reducen a hechos e infracciones puntuales, producto de una situación histórica, sino que responden a una actitud mantenida por la Iglesia y sus rectores desde el instante mismo de su fundación.
Sabemos, indudablemente, que este tipo de iniciativas carecen de consecuencias directas en cuanto a las formas de financiación permitidas a las organizaciones religiosas. Que la sangría económica que supone para la ciudadanía la Iglesia católica y sus derivaciones habrá de sanearse mediante la derogación de Concordatos y acuerdos que actúan como claros anacronismos en las sociedades libres. No obstante, estamos seguros de que el virus religioso, tan enraizado todavía en nuestra cultura, puede ser destruido con simples criterios racionales, y que la influencia política y cultural de que disfrutan las ideologías transmitidas como fe serán progresivamente reducidas a medida que los humanos adquieran conciencia de su irrelevancia".
Una pregunta para la "Guerrera": ¿realmente piensas que los ateos estamos "intoxicados por contacto con el vómito viscoso y negro del demonio", tal como afirmas en tu blog? Otra: ¿nunca has dudado de ese mundo de fantasía y de lucha a muerte entre contrarios en el que al parecer vivies o quieres vivir?
ResponderEliminarAbrazos heréticos...
Aisss querido y admirado Barón, ¿será posible que un hombre como tú lea precipitadamente y entienda MAL lo que se escribe con la letra más grande que permiten las herramientas de blogger? ¿¿O lo tergiversas a tu gusto??
ResponderEliminarTe refieres al post de hoy CONTRA LA PORNOGRAFÍA INFANTIL, no contra los que no conocéis al Señor, mal llamados ateos, por quienes siento un cariño especialísimo.
LOS INTOXICADOS CON EL VOMITO NEGRO SON LOS PEDÓFILOS NO TU. ggrrrrrrrrr
Respondiendo a tu pregunta, no es que yo haya dudado, es que yo tampoco le conocía. Mi familia tampoco. Nunca me lo inculcaron de pequeña.
A Dios me lo encontré con 27 años y tuve que hacer una escalada en solitario tan sólo con el chispazo de la razón.
Yo soy una ex-atea que llegó al conocimiento de Dios estudiando y a través de la razón. "Buscad y hallaréis"
Luego vino El con su Espíritu Santo y arrasó mi vida.
Ese mundo de fantasía al que te refieres de luchas y batallas es como comprenderás una alegoría para divertirme en este valle de lágrimas, querido. Y que no deja de ser real como la vida misma. Tú también luchas, ¿no te ves?
Un beso dulce.
PD: Hoy es el día internacional del niño. Espero que condenes lo que se hace con nuestros pequeños y que desenvaines tu poderosa espada junto a la mía en esto.
Lo de "científico loco" ha sido en plan cariñoso. Hay que medir las palabritas ehhh
ResponderEliminarYa hablaremos otro día de Voltaire.
Muah¡
Cuando pases por mi blog, deja tu huella, no temas. ¿No vengo yo aquí tranquilamente? Y eso que el predicador del demonio me da miedo xDDDDDD (Tú lo has vistoo??) juas¡
ResponderEliminarGuerrera de la Luz deberia leer "Porque no soy cristiano" de Bertrand Russell... Especialmente donde menciona los argumentos morales contra la existencia de Dios.
ResponderEliminarLastima que una persona en pleno 2009 pueda considerar que el uso de la razon esta relacionado a la mitologia religiosa. Amiguita tierna y querida... el solo hecho de que un razonamiento sea correcto, no implica que la conclusion a la que llegues sea correcta.
Te lo dejo para que uses tu cabecita un poco.
Spartacus
Hola Spartacus, para alguien que se ha encontrado con Cristo de frente no hay libritos que valgan cielo.
ResponderEliminarPero comprendo que quien no se ha encontrado con El es difícil que crea. Es un tema empírico.
Besos.