5.5.08

Persecución religiosa en el ejército norteamericano

Jeremy Hall denunció que muchos militares evangélicos transgreden la primera enmienda constitucional. Con el pretexto de que los “padres fundadores” eran creyentes, lo sumariaron por “ateo confeso” en los cuarteles de Tikrit, Irak.

Las presiones contra ateos y agnósticos son cada vez más frecuentes en las fuerza armadas de Estados Unidos. Especialmente por parte de oficiales y suboficiales de sectas evangélicas dirigidas por predicadores fundamentalistas. Cabe recordar que el nuevo jefe del comando para Asia occidental (golfo Pérsico, Afganistán, Pakistán), el general David Petraeus, es religioso.

A Hall lo procesaron por participar en reuniones de una asociación de librepensadores y no creyentes. “Gente como ustedes no respeta la constitución”, sostuvo el sumariante, mayor John Welborn (irónicamente, el nombre significa “bien nacido”). Pero, en términos jurídico, la carta magna norteamericana vale con su larga serie de enmiendas (reformas) no en su texto inicial.

Los hechos figuran en una presentación del soldado ante el tribunal federal de circuito, Kansas. También radicó denuncia contra el departamento de defensa (Pentágono), donde revela haber sido amenazado por varios suboficiales y soldados rasos. En noviembre, logró ser transferido al fuerte Riley, donde lo agredió un sargento que también es pastor evangélico.

El caso ha sido tomado por la fundación por la libertad religiosa en las ff.aa., que acumuló cincuenta denuncias sólo en 2006/7. El fundador de la entidad, un ex juez militar judío, Michael Weinstein, acusa al Pentágono de “indiferencia”. De paso, revela que algunos cadetes de la academia (West Point) hacen proselitismo para los “cristianos renovados”, a la cual pertenecen George W.Bush y su monje negro, Karl Rove (Mercado, 05/05/08).

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